El logo de las Olimpiadas: ¿qué significan los anillos de los Juegos Olímpicos?

Este verano viene cargado de deporte. Además de las competiciones futbolísticas de Eurocopa y Copa América, a partir del 26 de julio comienzan los Juegos Olímpicos de París 2024, posiblemente el evento deportivo más importante del mundo, el cual se celebra cada cuatro años y tiene a infinidad de profesionales preparándose durante ese periodo para cumplir el sueño de poder estar en él y escribir su nombre en la historia, además, peleando por alguna medalla.

Los Juegos nos dejan un gran número de detalles durante su desarrollo, así que podemos imaginar la cantidad de momentos que hay guardados en el recuerdo en la alargada trayectoria de su celebración, que entre antiguos y modernos, estamos hablando de miles de años. Y si pensamos en ellos, lo primero que se nos viene a la cabeza es el característico logo de los anillos. Este está en la retina de todos, pero quizá no todo el mundo sabe de su significado y nacimiento, por lo que en este año olímpico y con París 2024 en el horizonte, vamos a hacer un repaso de su historia, quién lo creo, cuándo y en qué está basado.

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SER Olímpico | Todos los datos y novedades de los JJOO de París 2024

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La historia del logo de los Juegos Olímpicos

Los anillos olímpicos son un emblema universalmente reconocido compuesto por cinco aros entrelazados de colores distintos sobre un fondo blanco. Concebidos en 1913 por el barón Pierre de Coubertin, fundador de los Juegos Olímpicos modernos, estos anillos representan la unión de los cinco continentes y la universalidad del espíritu deportivo. Cada color, incluido el blanco del fondo, fue seleccionado por Coubertin para asegurar que al menos uno de ellos estuviera presente en las banderas de todas las naciones participantes en aquel momento, simbolizando así la inclusión y la hermandad global.

La disposición de los aros, tres en la parte superior y dos en la inferior, no es aleatoria; refleja la idea de continuidad y conexión entre los continentes, un mensaje de unidad y armonía que trasciende fronteras políticas y culturales. A lo largo de los años, los anillos olímpicos han llegado a ser más que un símbolo deportivo; se han convertido en un icono de paz y cooperación internacional, recordando a las naciones la importancia de dejar de lado diferencias y rivalidades.

El azul, amarillo, negro, verde y rojo de los anillos, junto con el blanco del fondo, no solo representan la diversidad de colores presentes en las banderas del mundo, sino que también se han asociado con los continentes: Europa, Asia, África, Oceanía y América, respectivamente. Esta interpretación, aunque ampliamente aceptada hoy en día, no fue la intención original de Coubertin, quien buscaba un símbolo que fuera verdaderamente internacional y no limitado a una representación geográfica específica.

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La primera vez que los anillos olímpicos ondearon en una bandera fue durante los Juegos Olímpicos de 1920 en Amberes, y desde entonces, su presencia ha sido un recordatorio constante de los valores olímpicos: excelencia, amistad y respeto. Además, los anillos simbolizan los esfuerzos y logros de los atletas, así como el trabajo en equipo y la solidaridad que deben prevalecer en el deporte y en la sociedad.

En resumen, los anillos olímpicos son un poderoso símbolo que encapsula la visión de un mundo unido por el deporte, donde la competencia es una vía para el entendimiento mutuo y la paz. Su diseño simple pero profundo continúa inspirando a generaciones de atletas y espectadores, manteniendo viva la llama del olimpismo y su mensaje de esperanza y unidad para toda la humanidad.