El mundo llega a los 120 millones de desplazados forzosos, casi el doble que hace una década

Madrid

12 años encadenando cifras récord. El doble de desplazados forzosos en el planeta que hace solo una década. ACNUR eleva a más de 120 millones los refugiados y desplazados internos a mayo de 2024. Datos históricas en el número de personas obligadas a huir de sus hogares por guerras, catástrofes o inseguridad según el principal informe estadístico de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, de 2024: Tendencias Globales de Desplazamiento Forzado. Solo la guerra de Sudán aporta 10,8 millones más de personas que tienen que huir y sobre la situación en la Franja de Gaza se constata que el 85 por ciento de la población se ha visto forzada a desplazarse.

O lo que es lo mismo, una de cada 69 personas en todo el mundo se ha visto obligada a huir de su hogar para poner su vida a salvo, esto supone “prácticamente el doble que hace una década” según la portavoz de la oficina de ACNUR en España, María Jesús Vega. “Se debe tanto a las consecuencias de conflictos nuevos y existentes como a la incapacidad de resolver crisis prolongadas. En base a estos datos, si la población desplazada a nivel global fuera un país, sería el decimosegundo más grande del mundo (aproximadamente del tamaño de Japón)” detalla la agencia de la ONU para los refugiados .

“Detrás de estas crudas cifras, que se mantienen al alza, se esconden innumerables tragedias humanas. El sufrimiento debe impulsar a la comunidad internacional a actuar con urgencia para abordar las causas del desplazamiento forzado”, declaró Filippo Grandi, Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Refugiados.

Millones de personas desplazadas en Myanmar, crisis crónicas como la de la República Democrática del Congo debido a violentos enfrentamientos que rebrotaron el año pasado. No obstante, Siria sigue siendo la mayor crisis de desplazamiento del mundo, con 13,8 millones de personas desplazadas forzosas dentro y fuera del país y el número de conflictos que se enquistan como el de Afganistán no parece tener visos de mejora. Pero donde el empeoramiento de la situación ha sido uno de los más acelerados de la historia por el deterioro de los servicios básicos para su población, lo denuncia la UNRWA, ese es Gaza. La agencia de la ONU para los refugiados estima que, a finales de 2023, alrededor de 1,7 millones de personas en la Franja de Gaza (el 75 por ciento de la población) “fueron obligadas a desplazarse debido a catastróficos niveles de violencia, en su mayoría refugiados palestinos”, una cifra que según la portavoz en España de ACNUR alcanza en la actualidad al 85 por ciento de la población gazatí.

En 2023 y en lo que llevamos de 2024 se incrementó de manera más pronunciada el desplazamiento entre las personas que huyen de conflictos y permanecen dentro de su país, que suman 68,3 millones, según datos del Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC). “Esto supone un aumento de casi el 50 por ciento en cinco años” resalta ACNUR.

“Es momento de que las partes en conflicto respeten el derecho internacional y las leyes básicas de la guerra. La realidad es que, si no hay una mayor cooperación ni esfuerzos conjuntos para abordar los conflictos, las violaciones de los derechos humanos o la crisis climática, las cifras de desplazamiento seguirán aumentando, lo que traerá consigo más sufrimiento y costosas respuestas humanitarias”, denuncia Grandi.

Sin embargo, el número de personas que si cuentan con el estatuto de refugiadas y otras formas de protección internacional ascendió a 43,4 millones, la gran mayoría acogida por los países más cercanos al suyo, “el 75 por ciento reside en países de renta baja o media que, en conjunto, producen menos del 20 por ciento de la renta mundial” destaca ACNUR. Datos que desmienten los bulos y el relato de la extrema derecha que exagera las cifras de las personas que realmente huyen hacia Europa o Estados Unidos para pedir protección.

"Vemos con mucha preocupación como se está socavando y deteriorando la institución del asilo, las devoluciones automáticas, los abusos en las fronteras , los intentos de externalización, de trasladar sus responsabilidades de asilo a veces a otros países a miles de kilómetros, no hay una responsabilidad de los propios estados, es preocupante “ sentencia Vega.