Rusia debe pagar

Madrid

Gran novedad para la justicia mundial y en contra de la guerra. Rusia debe pagar por sus estropicios en Ucrania. El G-7 ha aprobado hoy una decisión largamente esperada: los intereses del dinero ruso congelado en la banca europea servirán para ello. Y también los colocados en Estados Unidos, y otros países.

Se cumple así con un viejo principio económico. Que obliga a que “quien la hace la paga”. Se ha predicado mucho de los costes medioambientales: "el que contamina paga": o sea, él, y no los demás. O también, el que rompe algo, lo reconstruye.

Es un principio en apariencia sencillo, porque es demasiado evidente. Pero tiene recuelos en el caso de una guerra. Porque el obligado a reparar los daños que ha causado puede negarse y amenazar con represalias: es el caso de Rusia ahora. O las exigencias de compensaciones pueden ser excesivas: ocurrió tras la Segunda Guerra Mundial, aumentando el malestar de los alemanes. Que la habían perdido.

La vía escogida por el G-7 es sensata. No expropia los activos rusos congelados, que en Europa superan los 200.000 millones. No solo se apropia de los intereses de esa cantidad, entre 3.000 y 4.000 millones al año. Si no que constituye un fondo que se irá amortizando a lo largo de tiempo con esos 3.000 o 4.000 millones. Es una vía intermedia, útil para inyectar una buena cantidad a Ucrania en 2.025, quizá 50.000 millones; y respetuosa con la legalidad internacional. La Asamblea de la ONU estableció en noviembre de 2022 que el Kremlin debía “rendir cuentas por todas las violaciones del derecho internacional” cometidas. Tarde, pero todo llega.