Hora 25
Ocio y cultura

Cajas, libros y una botella de tequila: tres semanas en una caseta de la Feria del Libro de Madrid

'Hora 25' acompaña a la librería Pérgamo durante todo el proceso de preparación, desarrollo y cierre de la Feria del Libro de Madrid

Cajas, libros y una botella de tequila: tres semanas en una caseta de la Feria del Libro de Madrid

Madrid

Ayer, domingo 16 de junio, terminó la edición número 83 de la Feria del Libro de Madrid. En mayo, cuando todavía quedaban unos días para que empezara la Feria, en 'Hora 25' nos planteamos: ¿por qué no cubrimos este año todo el proceso de un grupo de libreros, todo el proceso desde antes de la Feria, cómo preparan la Feria, cómo viven la Feria y cómo cierran la Feria? Y lo hemos hecho. Lo hemos hecho con los libreros de la librería más antigua de Madrid, la librería Pérgamo, que está en el número 24 de la Calle General Oraá de Madrid. Este reportaje es el resultado de acompañar a los libreros Pablo Cerezo, María Treviño y Érika Ambrosio en la preparación, el desarrollo y el final de su trabajo en la Feria del Libro.

Empezamos a acompañar a los libreros de Pérgamo desde 4 días antes del comienzo de la Feria. "La parte importante, la selección de libros y firmas, lleva ya meses preparado. Ahora, lo que estamos es cogiendo todas las cosas que necesitamos y que tenemos en la librería y llevándonoslo a la caseta: ordenador, datáfono, marcapáginas, folios, cutter... Lo que son los libros nos los llevan las distribuidoras a la caseta", nos cuenta Pablo Cerezo, encargado de la librería.

Libros, públicos y preparación

Los libros que llevas a la Feria se seleccionan durante todo el año: "Tenemos un Excel donde, a lo largo de todo el año, vamos metiendo títulos y añadiendo cositas", dice Pablo. ¿Y qué criterios usa para elegirlos? "Intentar tener cosas que se distingan un pelín. Nosotros apostamos por los títulos que más nos apasionan, que nos han marcado en nuestra propia trayectoria lectora y que creemos que pueden ser buenas opciones".

Mientras que dura la Feria, la librería sigue abierta: "Nosotros tenemos clientes muy fieles en el barrio. El año pasado hicimos un sondeo y los clientes de aquí prefieren venir aquí para vernos, para seguir con la dinámica...", nos cuenta María Treviño, librera de Pérgamo. El público de la Feria del Libro tampoco es el mismo que va a la librería durante el año, así que hay que aprovechar: "Es muy guay porque es un periodo de tiempo en el que vienen tanto los que leen todo el año, como la gente que va simplemente a pasear por el Retiro y que decide comprarse un libro. O gente que lleva todo el año haciéndose una lista de los libros que quiere y va a comprarlos a la Feria", nos explica Érika Ambrosio, la otra trabajadora de la librería.

Continuamos preparando todo lo que nos vamos a llevar hasta El Retiro. Cogemos un taxi que nos deja en una de las puertas de entrada. Cargamos todo y llegamos a la Feria. Necesitamos las llaves para abrir la caseta, así que nos dirigimos a por ella al recinto central de la Feria, en el que nos encontramos con alguien muy especial... Saludamos a Eva Orúe, la directora de la Feria del Libro de Madrid: "En la Feria siempre pasan cosas bonitas. El deporte nos está dando mucha alegría. Los libreros nos dan una poca de guerra. Aquí hay momentos de tensión, pero hay buen rollo y cuando hay buen rollo, las cosas funcionan".

Pablo Cerezo, librero de Pérgamo, en la Feria del Libro de Madrid

Pablo Cerezo, librero de Pérgamo, en la Feria del Libro de Madrid

Empieza la Feria. Hablemos de economía

Entramos por primera vez en la caseta asignada a la librería Pérgamo, la número 188. "Lo que nos toca ahora es procesarlo todo para que lo que las editoriales dicen que nos han mandado y lo que nos han mandado coincidan. Lo otro es ver que no nos falta nada, empezamos a procesar y empezamos a colocar. Hay que tener todo muy cuidado. Todo el trabajo que puedas adelantar ahora pues mejor que mejor. Y, bien, mover cajas, que en el fondo es lo que hace un librero, no mucho más", nos cuenta Pablo.

La actividad en la Feria es frenética. Pablo pone un poco de música en la caseta para amenizar el trabajo. El cutter va y viene, las cajas se van vaciando, los libros se colocan en las estanterías y se registran en el ordenador. La Caseta está lista. Empieza la Feria del Libro. ¿Cuántos libros se suele llevar de media la gente que viene a la Feria? "Un par", nos dice Érika. "La gente suele pagar mucho más con tarjeta y cuando paga en efectivo siempre pagan con billetes de 50 y nunca tenemos cambio". Ha llegado el momento de hablar de dinero.

¿Este es el momento en el que importa más el dinero que los libros? "No. Este es el momento que le da sentido al calor, a las horas, a la caja... Todo el mundo viene de buen rollo, la gente se encuentra, la gente se pone a hablar entre sí en las colas, pasa a saludar, la gente conoce a los autores que le gustan...", explica el encargado de la librería. Pero a veces romantizamos en exceso la lectura, leer y las ferias de libros, pero aquí se viene a vender: "Claro. Hablar de cultura en general sin hablar de economía, de política, sin hablar de en qué condiciones trabaja la gente es hacernos trampas. Es importante contextualizarlo todo", reflexiona Pablo.

María Treviño, librera de Pérgamo, en la caseta de la Feria del Libro de Madrid

María Treviño, librera de Pérgamo, en la caseta de la Feria del Libro de Madrid

Las firmas

Uno de los días en los que acompañamos a los libreros de Pérgamo nos encontramos con la escritora Sara Torres, autora de 'La seducción'. ¿Cómo afronta un escritor estas jornadas de firmas? "No bebiendo agua para no tener que ir al baño y sonriendo un montón porque la gente es súper bonita. A la hora de firmar, es importante escribir lo que te comunique la persona con la que estás, nunca traer cosas hechas de casa. Hay fórmulas, pero bueno... Yo, como buena lesbiana, tengo las muñecas súper fuertes y no hay problemas por firmar tanto", cuenta la autora de manera jocosa.

La escritora Sara Torres entre los libreros Pablo Cerezo y Érika Ambrosio

La escritora Sara Torres entre los libreros Pablo Cerezo y Érika Ambrosio

8 horas en una caseta

Los autores y los aficionados a la lectura no son los únicos que visitan la Feria. Pablo nos habla de unos invitados no tan deseados: "Ya ha habido los primeros sustos. Abres una caja y de repente hay tres cucarachas ahí leyendo. Hay muchos mosquitos por la noche y luego, las cucarachas, es inevitable porque estamos en la naturaleza. Salen a refugiarse y los libros son un buen refugio: no solo para las personas, sino también para los bichos. El primer día te asustas mucho y luego aprendes a llevarlo con cierta dignidad".

Los libreros se pasan todos los días unas ocho horas en las casetas... ¿Cómo es la intendencia? ¿Cuándo van al baño? ¿Dónde comen? "Tenemos mucha agua, Nestea, Coca-Cola, una cerveza para el cierre, muchas chuches y hay patatas y un poco de todo", nos cuenta Pablo. En las casetas no hay aire acondicionado y aunque el tiempo se comporte, el sol golpea y los libreros necesitan refrigerarse. "Para ir al baño nos turnamos. No hay tantos baños como nos gustaría. Para comer a veces vamos de tupper, hoy vamos a un restaurante porque es el primer día, pero luego muchas veces nos vamos a traer un mandala, nos echamos en el césped, un tupper rápido e intentar dormir un poco". El espacio de la caseta es pequeñito para moverse: cajas, libros, ordenadores, escritores firmando... Los chicos de la librería entran realmente por una puerta trasera metálica que da a los árboles de El Retiro.

El final

Las jornadas de Feria van pasando entre libros, firmas y eventos, hasta que llega el último día: el domingo 16 de junio. Las fuerzas van fallando, pero los ánimos siguen en pie. Pablo nos habla de lo que ha funcionado y lo que no en la Feria y nos cuenta el plan para la noche final: "Nosotros esta noche metemos todos los libros en cajas, hacemos nuestro inventario, se devuelve a la distribuidora y mañana vienen a recogerlo, devolvemos las llaves y el palo para el toldo". La Feria cierra a las 21:00, pero El Retiro permanece abierto hasta las 00:00 y los libreros aprovecharán esas horas para recoger toda la caseta.

Llegan las nueve en punto y los libreros celebran el final de la Feria. La música suena, los libreros se animan a bailar, corren la cerveza y el tequila. Nosotros nos fuimos casi a las 23:00, pero a los chicos se les pasó la hora trabajando y cuando se fueron a dar cuenta les había cerrado el metro y estaban demasiado cansados para volver a casa andando. Se quedaron a dormir dentro de la caseta, encima de las cajas de los libros, quién sabe si soñando con la Feria del Libro del año que viene...

Caseta de la librería Pérgamo en la Feria del Libro de Madrid

Caseta de la librería Pérgamo en la Feria del Libro de Madrid

Josema Jiménez

Periodista de Sanlúcar de Barrameda. Trabajo...