¿España 'nos roba' o 'se rompe' España? Así funciona realmente el sistema de financiación autonómica
Guía para 'dummies' sobre el funcionamiento de "los dos sistemas de financiación": del concierto al régimen común
Guía para 'dummies' de la financiación autonómica en España
Madrid
El debate sobre la financiación autonómica se está construyendo más sobre argumentarios políticos y consignas como "España nos roba" o "Se rompe España" que sobre hechos y cifras. Así que pongamos los hechos sobre la mesa con una guía para dummies de cómo funciona realmente el sistema de financiación autonómica, ahora que comienza la ronda de consultas de Pedro Sánchez con los presidentes de las diferentes comunidades autónomas.
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Este viernes, de hecho, el presidente del Gobierno recibe en la Moncloa al lehendakari, Imanol Pradales, el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno y al de la Xunta, Alfonso Rueda.
¿Cuántos sistemas de financiación diferentes hay en España?
Un sistema que realmente son dos:
- El régimen foral o de concierto, con el que cuentan Euskadi y Navarra.
- El régimen común, que es el que tienen todos los demás.
Y aquí tenemos la primera china en el zapato. Se dice que todas las autonomías son iguales... Menos dos. Así que los partidos independentistas dicen: "Que sean tres".
¿Cómo funciona?
En el régimen común, el que tienen Cataluña y el resto de autonomías, el Estado recauda los impuestos y los usa para financiar sus propias competencias y complementar los gastos de las autonomías más pobres.
El Estado se queda todo el impuesto de Sociedades, el que pagan las empresas, y tiene cedidos a las autonomías el 50% del IRPF y del IVA, el 58% de los impuestos especiales y el 100% de los demás (matriculación, patrimonio, sucesiones…)
Pero, ¿cómo se reparte ese dinero? Literalmente se mete en un fondo común y se reparte entre autonomías basándose en un reparto que no se hace por población real, sino por "población ajustada", es decir, atendiendo a:
- Cuánta población de más de 65 años tiene una autonomía.
- Cuánta en edad escolar.
- Cuánta población está protegida por el sistema sanitario.
- Cuánta dispersión de la población hay. No es lo mismo la población arremolinada en torno a Madrid que dispersa en los pueblos de Galicia.
Y esa es la batalla de cada reforma, la de cómo se gasta o se reparten esos fondos. El sistema debía revisarse en 2012, pero fue tal la bronca de la última reforma de 2009 que no se ha vuelto a tocar. Entonces se creó el Fondo de Garantía de Servicios Básicos Fundamentales y tres fondos más para reequilibrar: los fondos de Suficiencia, Cooperación y Competitividad.
El resultado que han dejado es que hay tres comunidades que pagan: Madrid (6.300 millones), Cataluña (2.200 millones) y Baleares (300 millones). Y las tres se quejan porque el pago es desigual. El 8% de lo que recauda Baleares se va al fondo común. En Cataluña es el 9% de lo que recauda. En Madrid es el 24%. La diferencia entre unas y otras es del triple.
Todos se quejan
Así que las que pagan protestan. Suman unos 9.000 millones de euros entre las tres que, unidos a los 11.000 millones del Estado central, constituyen el fondo común de 20.000 millones para quien cobra.
Las que cobran, todas las demás, también se quejan porque el cobro es muy desigual. Por ejemplo, Andalucía cobra 4.900 millones al año mientras que la Comunitat Valenciana o Murcia cobran en torno a 700 millones.
La conclusión es que tenemos un sistema general en el que todo el mundo quiere pagar menos y cobrar más. Eso es lo único que tienen en común las autonomías del régimen común.
Financiación "singular" para Cataluña
El Gobierno habla de financiación "singular" para Cataluña, pero niega rotundamente un régimen foral como el que tienen Euskadi y Navarra. Este concierto consiste en que, al contrario que las demás, Euskadi y Navarra recaudan absolutamente todos los impuestos y entregan al Estado una cantidad, un cupo -en el caso vasco- o una aportación -en el navarro-, con la que se le pagan los servicios que el Estado central presta en esa autonomía.
El sistema ha sido muy criticado en la literatura hacendística porque ha sido tradicionalmente opaco y, sobre todo, porque ha dejado resultados muy ventajosos para los territorios forales. Según sus cálculos, el índice de financiación efectiva por habitante dejaba a un ciudadano vasco con el doble de financiación que a uno de Baleares o Cataluña. O a un navarro con el doble de financiación efectiva que a un valenciano.
La financiación singular, clave para la investidura en Cataluña
Así que tenemos un sistema en el que nadie roba a nadie, porque hay un fondo común, y en el que no se rompe la igualdad, porque esa igualdad está rota desde hace décadas. Además, hay un libro blanco para reformar este sistema que lleva perdido en algún cajón desde 2017.