La obra de arte del madridista Arda Güler en su debut en la Eurocopa: un misil a 118km/h para deleite de Turquía
El futbolista del Real Madrid se estrenó en la fase final de la Euro como titular y marcando uno de los golazos del torneo
Vicenzo Montella brindó la oportunidad a Arda Güler de presentarse ante el planeta fútbol en la Euro 2024 como titular. Y a sus 19 años, la principal promesa de Turquía no defraudó lo más mínimo, siendo uno de los grandes agitadores de un loco encuentro ante Georgia, repleto de ocasiones, y firmando un golazo espectacular que permitió a los suyos ponerse en ventaja momentánea de 2-1. Su primer gol, además, no fue uno cualquiera, y es que Güler se lució con un latigazo sensacional a 26 metros de la portería que entró por la mismísima escuadra.
Bajo el diluvio que fue protagonista en el Westfalenstadion este martes, la perla del Real Madrid se hizo con la pelota en zona de tres cuartos de campo. Tenía espacio para conducir, combinar o trenzar un ataque elaborado, pero el '8' tuvo claro el disparo que daría la vuelta al mundo. Arda Güler apuntó a la mismísima esquina del arco defendido por Mamardashvili y ahí la puso.
El chicharro hizo vibrar a la numerosa afición turca desplazada a Alemania, que también recoge una buena cantidad de emigrantes procedentes del país otomano. Según notificó UEFA instantes después, su pelotazo alcanzó los 118km/h, todo un misil teledirigido e imparable. Fue una de las últimas aportaciones del futbolista del Real Madrid en el campo, siendo sustituido en el minuto 79 y con el marcador de 2-1 imperando ya en el marcador.
Golazos con sello turco
Fue una tarde de golazos la vivida en Dortmund. Los turcos se llevaron la victoria en su estreno en el grupo F gracias a esta obra de arte que significó el 2-1 -definitivo a la postre-, pero tampoco quedó muy atrás el tanto que inauguró el marcador. Müldür abrió la veda con una volea sensacional, también predestinada a colarse en los 'tops' de goles del torneo. La puntilla del 3-1 llegó en la última jugada del partido, una transición fugaz y a puerta vacía después de que el valencianista Mamardashvili hubiese acudido a rematar un córner.