Manuel Jabois, sobre el turismo: "Las cosas se conservan cuando se dosifican y dosificar no es esconder, pero tampoco es regalar"

Madrid

El mundo y las cosas que pueblan este mundo, también las que llevan siglos con nosotros, se gastan, se gastan mirándolas, se gastan cuando respiramos cerca de ellas. Es cierto que se gastan muy despacio, tan despacio que lo normal suele no hacer nada y ya se fastidiarán nuestros descendientes dentro de 100 años. Hay tres palabras en esa crónica que citas que yo subrayé como un ancianito que lee el periódico a media mañana con un té. Masificaciones, aglomeraciones y saturación. Yo estoy muy cansado de quienes en la cola del Vaticano cogen el móvil para tuitear contra la gente que está delante de ellos en la cola y claman contra la turistificación. Y me da también bastante grima la turismofobia de quienes creen que por nacer en un sitio a ese sitio solo pueden entrar quienes ellos digan. Creo que la palabra a tener en cuenta es regulación, también está incluida en esa crónica. La palabra a evitar es Airbnb y la palabra que mejor debe cerrar esta pequeña crónica de martes es conservación. Las cosas se conservan cuando se dosifican y dosificar no es esconder, desde luego, pero tampoco es regalar.