'Del revés 2' y la llegada de la pubertad dominada por la ansiedad: "Hay algunas cosas que son universales y todos pasamos por ellas"
Kelsey Mann dirige la secuela de la película de Pixar sobre las emociones, que aborda ahora la llegada de nuevos sentimientos como la ansiedad o la vergüenza
Madrid
En 2015, Pixar encandiló una vez más al público y a la crítica con su nueva creación. A través de un retrato tan sencillo como emotivo sobre las emociones y la psicología infantil, Del revés se convirtió en, quizás (y con el permiso de Coco) en el último éxito original del estudio, dependiente en los últimos años de las secuelas de sus películas míticas y que relegó varias de sus creaciones originales recientes, como Soul o Red, al streaming. La continuación de Del revés parecía, por lo tanto, inevitable y llega para remontar las malas cifras recientes de Walt Disney Studios dentro un clima de incertidumbre general en las salas de cine. Las primeras estimaciones son muy positivas para la película, que aborda la llegada de la pubertad: Riley ya no es la niña que conocimos en la primera entrega, y debe hacer frente a nuevas emociones en un momento de su vida repleto de cambios.
Dirige Kelsey Mann, que llegó a Pixar en 2013 para cubrir distintas labores creativas tras años de experiencia en distintas series de animación, y que debuta ahora como director de un largometraje. El director ironiza sobre la dificultad de dirigir por primera vez una película del estudio ("¿Que si fue un desafío? ¡No, en absoluto!") pero pronto aclara que "cualquier película en Pixar es realmente difícil" y que los niveles de exigencia aumentan especialmente cuando se trata de una secuela. "Cuando continúas una película que es tan querida, eso definitivamente ejerce mucha presión", explica a El Cine en la SER.
El cineasta, sin embargo, cree que en la compañía están habituados a esa presión "sin importar lo que hagamos, porque queremos asegurarnos de contar la mejor historia posible y tratamos de no conformarnos con lo bueno, sino que intentamos ir a por lo genial". Es un trabajo que requiere "mucho tiempo, esfuerzo y cambios, trabajamos constantemente en la historia hasta el último minuto hasta que llegamos a esa parte en la que sentimos que hemos hecho algo excepcional y grandioso", explica.
"Por suerte, tenemos a las personas más talentosas del mundo, así que eso ayuda", afirma a su lado un orgulloso Pete Docter. Un peso pesado de la compañía, dirigió la primera Del revés junto a Ronnie del Carmen y también realizó varios de los grandes éxitos de Pixar, como Up, Monstruos S.A. o Soul. Desde 2018 es el jefe creativo del estudio y ha seguido muy de cerca el desarrollo de esta secuela, pues la película original estaba inspirada en su propia experiencia personal como un padre que veía cómo la personalidad de su hija iba cambiando con el paso de los años. Investigando para la película, se dio cuenta de que había "como 27 emociones diferentes". "Probamos a ponerlas a todas y fue un desastre, así que terminamos incluyendo las que, como animador, podía entender mejor", recuerda Docter. Así fueron creadas las cinco emociones protagonistas: Alegría, Tristeza, Ira, Miedo y Asco. "Ahora teníamos en la secuela la dificultad de entrar en algunos matices y sutilezas que no son tan sencillas", describe el jefe creativo de Pixar.
Con la entrada en la pubertad de Riley, aparecen nuevas emociones: Envidia, Vergüenza, Ennui (aburrimiento en francés, doblada en la versión original de la película por Adèle Exarchopoulos) y Ansiedad, que amenaza con tomar las riendas de la mente de Riley, para disgusto de sus cinco emociones primarias.
"Riley está en un momento de su vida en el que las cosas se complican y hay muchos cambios, así que quería que aparecieran emociones más complicadas y difíciles de explicar, como Ennui, que me encanta porque no sabes muy bien qué es, no terminas de entender del todo quién es ni cómo se llama y es muy divertido que hable como dos idiomas", cuenta Kelsey Mann. Como explica el director, "todo está dirigido por Ansiedad", una idea que "estuvo ahí desde el principio, cuando revisé e hice una lista de todas las emociones que podía expandir en la mente de Riley, inmediatamente me sentí atraído por esa".
"Lo que sí cambió bastante fue quiénes están a su alrededor", rememora Mann. El realizador cuenta que "empecé con unas nueve emociones, pero me pasó algo parecido a lo que cuenta (Pete) Docter de la primera película: eran demasiadas" y que siguió un consejo básico de Docter: "Simplifica". "Ansiedad estaba perdida entre esa multitud y pensé en que tenía que simplificarlo", explica.
La película se preocupa por los cambios psicológicos que experimentan las mujeres durante la pubertad, una línea temática similar a la de otra de las películas recientes de Pixar, Red de Domee Shi, aunque buscando una universalidad con la que conecte el grueso del público: "Hay algunas cosas que son universales y todos pasamos por ellas, así que intentamos aprovechar eso", afirma Docter, que eso sí, reconoce que "hay algo muy específico para las chicas" y que "todas las cosas queremos que sean lo más precisas posibles".
Kelsey Mann piensa de una forma parecida: "Quiero que todos se identifiquen con esta película, tengo un hijo y una hija y quiero que ambos la disfruten por igual, aunque también quería asegurarme de que la historia de Riley como una niña adolescente fuese precisa y estuviese bien hecha". Para ello, siguió un proceso bastante particular: "Ya no tengo 13 años y nunca fui una niña de 13 años, por lo que se me ocurrió reunir a un grupo de expertas, fui al estudio y le expliqué que quería tener a un grupo de chicas adolescentes como asesoras para la película". El director pensó que iba a costar convencer a los ejecutivos de Pixar, "pero al instante todos me dijeron que era una buena idea" y así, el equipo de la película pudo contar con nueve jóvenes adolescentes que fueron invitadas a cada una de las proyecciones que hicieron durante la creación de la película ("unas ocho o nueve diferentes") "para pedirles consejos y ver dónde lo estábamos haciendo bien y dónde nos estábamos equivocados".
Igualmente, al igual que en la primera entrega, desde Pixar contaron con la ayuda de psicólogos expertos en la infancia "y específicamente, en la ansiedad". Entre ellos, Dacher Keltner, que ya colaboró en Del revés o Lisa Damour. "Con lo que está pasando Riley, queríamos asegurarnos de que fuese fidedigno y verdadero", detalla Mann.