Economía y negocios | Actualidad

Estar a la moda, una moda contaminante: "Vamos vestidos de plásticos y químicos que nos enferman y acaban en el mar"

El cuarto episodio del podcast 'Claro que se puede' aborda cómo adaptar la economía y el empleo a la lucha contra el cambio climático y cómo algunos sectores que a priori son muy contaminantes, como la moda, pueden reverdecerse

Claro que se puede ir a la moda y respetar el planeta | Episodio 4

Madrid

La industria textil es la responsable del 10% de las emisiones de CO2, y del 20% de la contaminación de agua potable. El proceso de producción de la ropa, además de utilizar mucha agua, depende de grandes extensiones de tierras para el cultivo de fibras. Según los datos de la Unión Europea, se necesitan 2.700 litros de agua dulce para fabricar una camiseta de algodón: la cantidad que una persona bebe en dos años y medio. La industria de la moda es la segunda más contaminante del mundo, solo por detrás del sector energético. El segundo episodio del podcast 'Claro que se puede' con Cristina Monge aborda cómo ir a la moda y respetar el planeta.

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El ciclo clásico de una prenda, fabricar, usar y tirar utiliza mucha energía y recursos naturales. Gema Gómez, diseñadora y fundadora de Slow Fashion Next, una consultora que ayuda a profesionales y empresas del sector textil a avanzar hacia la sostenibilidad, señala la importancia de "reinventar el mundo de los materiales". "Antes en España teníamos cultivos de lino y además, tenemos un montón de ovejas que además las necesitamos para hacer este nuestros bosques más sostenibles y, sin embargo, ahora mismo la lana se tira prácticamente en toda España, que es la fibra mejor eco diseñada", comenta la experta.

Reverdecer el sector de la moda pasa por apostar por un modelo productivo más circular en el que los residuos de una prenda se conviertan en recursos para otras. "La moda ha perdido su valor y más ahora, desde que han entrado al mercado, el fast fashion, el ultra fast fashion y las cadenas asiáticas, como Shein o Temu", explica la diseñadora. Gema insiste en la idea de no normalizar vestir con este tipo de prendas: "La gente se pone estas prendas y se cree guay, porque es barato, pero lo siento, no eres guay, porque no podemos normalizar eso por la cantidad de impactos ambientales que ha habido detrás de ese producto". "Tenemos que empezar a pensar de otra manera", sentencia.

Greenpeace analizó la composición de las prendas de Shein, el gigante de la moda asiático, y concluyó en un estudio que el 15% contenía sustancias químicas peligrosas que superaban los límites reglamentarios de la Unión Europea. Además, el gobierno de Seúl denunció que varios modelos de calzado infantil de esta marca contenían 400 veces más sustancias tóxicas de lo permitido. Gema Gómez lamenta el desuso de la gana en pro de los plásticos, el poliéster o el polietileno: "Estamos haciendo una guerra brutal contra los plásticos y no nos damos cuenta de que prácticamente todos y todas vamos vestidos de plástico". La consultora también lamenta que estas sustancias son perjudiciales para la salud: "Ese poliéster al lavarlo genera microplásticos que pasan las cañerías, pero ya solo con la abrasión, sencillamente de llevarlo puesto, genera microplásticos que respiramos y nos enferman y cuando pasa el agua a través del lavado se lo comen los peces y nosotros y nosotras nos comemos los peces".

Repensar la economía para cuidar el medioambiente

La transición verde obliga a transformar prácticamente todos los sectores económicos y estos cambios repercuten irremediablemente en el empleo. El cuarto episodio de 'Claro que se puede' reflexiona además sobre cómo adaptar la economía y las profesiones al cuidado del medioambiente, con las intervenciones de Ana Belén Sánchez, experta en empleo verde, e Ignacio Baratech, de la Plataforma por el Empleo Verde. Asimismo, el episodio aborda la transformación verde del sector de la minería, con la historia de Cristina Carro.

Cristina Carro es de Villablino, un pequeño pueblo de la provincia de León. Durante toda su vida trabajó en varias de las 30 minas que había en la provincia. Ahora, trabaja reforestando esa misma área que la actividad minera degradó para que en un futuro vuelvan a crecer los bosques.

Mariola Sarrió

(Ontinyent, 1995). Redactora en la web de la...