La crítica situación de la leyenda de la NBA Nate Robinson: su vida depende de un donante de riñón
El triple campeón del concurso de mates insiste en que si no es trasplantado, morirá
No han sido pocas las estrellas de la NBA cuyo halo ha ido apagándose de manera peligrosa una vez cumplida su etapa en la élite deportiva. El caso de Nathaniel Cornelius Robinson, conocido por todo el planeta basket como 'Nate' Robinson, ha despertado una preocupación especial. Cuatro años lleva lidiando el exbase con unos problemas de riñón que le han obligado a diario a someterse a diálisis para regular, al menos de manera momentánea, sus constantes vitales. El arreglo, sin embargo, no ha bastado para impedir un deterioro que mantiene ya sus riñones funcionando a menos de un 15% de lo que deberían, razón por la que el propio exjugador ha alertado de que morirá pronto si no encuentra un donante.
Cuenta la revista 'Men's Health' cómo la leyenda de la NBA conoció sus problemas a partir del 2018. Pese a su primer diagnóstico, Robinson pospuso su tratamiento, una decisión que le conllevó grandes complicaciones tras contraer el COVID-19 durante la pandemia. "Estuve en el hospital durante una semana. Mi cuerpo, mis entrañas... simplemente dejaron de funcionar", comentó el exjugador, entrevistado por este medio. Fue en este momento cuando los médicos le advirtieron de la necesidad de eliminar su exceso de líquido en sangre con urgencia.
"Me dijeron: tus riñones están trabajando demasiado; se están deteriorando mientras hablamos. La única manera de salir vivo de aquí es si empiezas la diálisis. Era lo único que me quedaba", admitió Robinson, que incluso acepta cómo su entorno cercano pagó sus cambios de humor durante los primeros meses. Tras ello vinieron momentos de altibajos, con ganas incluso de rendirse en algún momento y dejar de acudir a sus citaciones. Sin embargo, el apoyo de su familia ha sido fundamental para insistir en su tratamiento hasta la actualidad.
Su situación ha ido empeorando progresivamente y ahora Robinson aguarda con ansia entrar en la lista de espera de donantes de riñón del estado de Washington. Además, la posibilidad de que su cuerpo rechace el nuevo órgano aumenta las incógnitas sobre sus posibilidades de mantenerse con vida. Y aun así, el caso de su padre, trasplantado por un diagnóstico similar, arroja esperanzas en los momentos de mayor flaqueza.
"Me dolería mucho que alguien tenga que morir para que yo viva"
Nate Robinson aseguró sentirse "como si fuera Superman" durante sus años en la NBA, en los que consiguió coronarse campeón del concurso de mates en tres ocasiones (estableciendo así un récord) a pesar de su 1'75m de estatura: "Nunca pensé que me enfermaría". Ahora, la posibilidad de que un familiar le done un riñón para sobrevivir "da miedo" e incluso le ha provocado pesadillas: "Ambos tenemos que pasar por el quirófano y mucha gente no lo logra. Odiaría que alguien me diera ese riñón y muriera para pasar por esto. Eso me dolería mucho, que alguien tenga que morir para que yo viva. No sé si estoy preparado para ello. En mis sueños, mis familiares me regalan un riñón y todos terminan falleciendo. Eso me jodió un poco".
Pese a los malos pensamientos, Robinson, de 40 años, quiere aferrarse a la vida por mucho tiempo más. "Estoy disfrutando cada segundo ahí fuera. Soy como un niño en Disneylandia. Debo quedarme. Quiero seguir vivo durante los próximos 40 años: ser abuelo, ver a los hijos de mis hijos, llevarlos al gimnasio, contarles las historias de cuando estaba en la NBA con Lebron y Kobe y todos estos tipos. Tengo que luchar por ello", zanja, deseoso de resolver su compleja situación clínica.