Desde el insomnio y la ansiedad a la falta de líbido: así es la 'biblioterapia' que pretende poner remedio a estos problemas

Remedios literarios para males ordinarios, este es el lema de la iniciativa de la biblioteca municipal de Peñaranda de Bracamonte. Y es que el proyecto de la biblioterapia propone recetar libros para solucionar, en principio, los problemas comunes que mas aquejan a las personas. El eje importante es la receta de libros como píldoras curativas para luchar contra la ansiedad, insomnio, las prisas, etc.

El responsable de la biblioteca municipal, José Luís Sánchez, informa que esta idea nació con la intención de poder animar el verano lector. Para Sánchez era primordial poder presentar esta idea de una forma que fuera atractiva para el público. Así "conseguimos hacer ver que la literatura puede ser consumida de diferentes formatos", asegura el responsable. Con estos antecedentes nace la biblioterapia y toda la serie de recetas para curar los males.

Los nombres de los medicamentos literarios guardan cierto parecido con los más comunes que recetan los médicos, aunque "les hemos querido dar un giro para que tengan un sentido literario", insiste Sánchez. Paraletramol, Lorcazepam, Versolirio, Poesiril, Bibliocalm, Cervantyum, Libroprofeno, Leermax, Lectocatil y otros más, son algunos de los medicamentos que desde la propia biblioteca recetan a los vecinos que tengan algunas dolencias.

Sánchez cuenta que los vecinos van con ciertos tipos de problemas. Explica, por ejemplo, que en casos de falta de lívido recetan un tratamientos que se debe de consumir "hasta el final". algunos remedios son La vida sexual de Catherine M., La novia al desnudo o El amante de Lady Chatterley.

Toda la vida pensando una solución

La idea de poder acercar la literatura a todos los públicos siempre ha sido algo que le ha rondado la cabeza a este librero. Todo esto asegura que tiene su origen en sus épocas de estudiantes cuando algunos libros "estaban prohibidos y se escondían bajo llave en los armarios del colegio". Por este motivo, relata que el poder llegar a alcanzar esos libros era algo que perseguían todos los jóvenes en el pueblo. Por esta razón, está pensando en nueva iniciativas para seguir poniendo en valor la lectura. No obstante, cree que una forma de llegar es "poner libros prohibidos y ponerlos bajo llave para que la gente sienta de nuevo esa curiosidad".