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Jessica Chastain: "Creo que el cine de EEUU puede llegar a ser bastante sexista"

La actriz protagoniza 'Memory', la nueva película del mexicano Michel Franco, donde interpreta a una mujer herida enamorada de un hombre con alzhéimer

Jessica Chastain protagoniza 'Memory' (Photo by JC Olivera/Getty Images) / JC Olivera

Madrid

La actriz Jessica Chastain tuvo un debut a lo grande en Hollywood. En un mismo año protagonizó dos películas de esas que quedan en la memoria cinéfila. Por un lado, un éxito popular, Criadas y señoras, una de las películas que empezaba a ahondar en el horrendo y esclavista pasado americano. Por otro, la Palma de Oro en Cannes y la película que consagró a Terrence Malick como uno de los grandes autores del cine estadounidenses, El árbol de la vida. Hasta entonces, aunque había trabajado, la actriz había tenido poca repercusión en una industria en la que ha ido combinando un cine mainstream con cineastas de renombre como Christopher Nolan, Ridley Scott, Aaron Sorkin. Ahora mismo, nos contaba en una entrevista en la Cadena SER en el Festival de San Sebastián, está cansada de Hollywood y, por eso, busca otras miradas: "Lo he dicho en varias ocasiones, prefiero el cine independiente. Es mucho más interesante, sobre todo para las historias de mujeres".

"Creo que Estados Unidos puede ser bastante sexista, especialmente su cine. Es verdad que ha habido un movimiento para salir de esto, pero ese cine no me resulta tan interesante. Es por eso que busco historias en otros lugares. Por ejemplo, mi actriz favorita es Isabelle Huppert. Y lo maravilloso de conocer a Michel y de trabajar con él es que he sentido que me respetan como actriz y como persona. Valora mis opiniones y me emociono simplemente al recordar el vínculo que tenemos. Hemos hecho otra película juntos, hemos ido a Venecia y a San Sebastián juntos. Creo que es, junto a Terrence Malick, uno de los directores más importantes de mi carrera, que me han visto de manera diferente y me hacen sentir muy afortunada y también muy creativa", insistía la actriz.

Antes de ganar el Oscar por Los ojos de Tammy Faye, la actriz se había comprometido a protagonizar Memory, la segunda película en inglés del director mexicano Michel Franco. En ella interpreta a una mujer con un pasado traumático. Una infancia en la que sufrió abusos y una juventud viciada por el alcohol. Un personaje callado y asustadizo, que trabaja como cuidadora y que una noche cree ser perseguida por un hombre, pero nada más lejos de la realidad. Él es un enfermo de alzhéimer que la ha confundido con alguien conocido. Ese encuentro abrupto acabará forjando una relación entre ambos. "Tengo que reconocer que es difícil que un guion me sorprenda, porque veo muchas películas, me gusta muchísimo el cine y el teatro. Me obsesionan los cineastas y los artistas. Y cuando leí este guion, al principio pensé que ya sabía cómo iba a acabar, va a ser una película de venganza con sus clichés sobre el Me Too, etc. Pero nada de eso ocurrió, porque Michel es un creador increíble y uno de los cineastas más importantes, de quien se harán retrospectivas en un futuro", piropeaba al director de Las hijas de abril y Nuevo orden.

Memory gira, como su nombre indica, en torno a los recuerdos y cómo estos perjudican siempre el presente, aunque la actriz tiene claro que intenta no pensar demasiado en el pasado y en los traumas no resueltos. "Tengo una relación curiosa con la memoria. Hay cosas que guardo de mi infancia y adolescencia, que me definen como soy, pero luego hay muchas cosas que trato de olvidar, no porque sean malas, sino simplemente porque no quiero quedarme atada al pasado. Prefiero que mi vida se centre en el momento, levantarme cada día y preguntarme qué puedo hacer hoy, cómo va a ser este nuevo día. No me gusta tomar decisiones atrapada en algo. Es quizá por eso que no permito que mis recuerdos o las cosas del pasado perjudiquen mi presente".

Nada que ver con su personaje, a quien le atormenta recordarlo todo, pero a quien la propia historia le da cierta luz. Sin embargo, uno de los recuerdos que no borra es el de cuando supo que quería ser actriz. "Mi abuela me llevó a ver una obra de teatro. Tuve una educación bastante difícil y creo que ella estaba intentando buscarme una salida. Me llevó a ver esa obra y me pareció algo fascinante y supe que quería ser actriz. De hecho, solía preguntarle a mi madre si podía llevarme a audiciones en Los Ángeles. Creo que tenía una cierta frustración, porque quería ser actriz desde ese momento, no sabía cómo conseguirlo. Me alegro de haber esperado, porque eso ayudó a madurar en ciertos aspectos, me hizo ir a la universidad".

Chastain interpreta a una mujer vulnerable y valiente con una bonita relación con el personaje de Peter Sarsgaard, a quien los recuerdos hace tiempo que le abandonaron. Para ese personaje, en el que vuelve a brillar, decidió elegir hasta la ropa. "Voy de compras yo misma. Sé que la gente piensa que las actrices de Hollywood vivimos en Nueva York ajenas a todo. Es cierto, eso pasa en los festivales de cine, que es todo un espectáculo y es divertido. Pero en la vida normal no actuamos así. Y para esta película fui a comprar yo sola. Recuerdo estar hablando con Michel por teléfono sobre el personaje y acercarme a comprar ropa a Target, porque pensé que me iba a venir bien. Para mí es importante hacer eso y empezar a identificarme con el personaje. La ropa es esencial, elegir los colores. El personaje busca pasar desapercibida y eso debía reflejarse en cómo viste".

Chastain no se calla. Dice abiertamente lo que piensa, del cine, de la industria, de los directores... Ha sido firme defensora de movimientos feministas como Times Up y en el pasado Festival de Venecia, donde se presentó esta película, lució una camiseta del sindicato de actores y actrices en plena huelga. "Me han dicho varias veces que a veces expreso demasiado mis opiniones, que eso puede intimidar a la gente, que no hablase de la huelga, que no entrara en lo político. Este tipo de comentarios pueden intimidar a personas con baja autoestima o más inseguras", reflexionaba Chastain, que insiste en que defender que las cosas cambien en los rodajes y en los despachos. "Creo que hay un sexismo intrínseco en Estados Unidos que, en realidad, es bastante fuerte. Pero, con suerte, estamos avanzando".

Por eso, es importante para ella elegir bien los proyectos y las personas con las que encauzarlos. "Mi parte favorita del trabajo es crear acompañada. Me gusta aprender sobre mí, aprender sobre la vida en ese proceso. A veces, puedes quedarte atrapado en ti mismo si no tienes a tu alrededor a personas que te desafían, y es entonces cuando todo se vuelve muy aburrido. Yo quiero despertarme todos los días y preguntarme qué haré que sea diferente a lo del día anterior. Quiero eso en mi trabajo y es lo que realmente disfruto de mi vida". Y es por eso que eligió trabajar con Michel Franco. De hecho, va a repetir en la próxima película del mexicano. "Creo que es muy importante trabajar con personas con las que te sientas protegido al trabajar, porque existen artistas que se aprovechan de ti. Me gusta cuidarme y protegerme en los rodajes, tengo una vida familiar y tranquila y no necesito locuras en el set, necesito saber que no se van a aprovechar de mí". La directora recuerda otra época en Hollywood donde esto se permitía. "Por ejemplo, Hitchcock. Se aprovechó de sus actrices, y da la sensación de que era un director que manipula las situaciones justificándose en que eso es bueno para la película y para la actuación, pero no piensa en el bienestar de esa persona".

Entre las cosas que han cambiado en la industria está la popularidad de la figura del coordinador de intimidad, algo que no todas las estrellas comparten, pero que para Chastain es importante que se tenga la opción. Dice que con Sarsgaard y con Franco todo fue fácil en la escena de sexo, que hablaron mucho, pero no siempre es así. "Estoy totalmente a favor de los coordinadores de intimidad. Como estoy a favor de un coordinador para los especialistas. Siempre que hay una escena de pelea, deben estar, a veces los necesitaré y otras no. Lo mismo con una escena de amor. A veces alguien puede estar nervioso o un director no saber cómo dirigirla o cómo pedir las cosa. Es bueno que esté la opción de tener a la persona presente. Los coordinadores de intimidad son muy importantes, siempre y cuando no anulen el resto de la creatividad en el set".

Pepa Blanes

Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada...