Vidal-Folch, sobre la condecoración de Ayuso a Milei: "Es una antipatriota con métodos que contrarían la Constitución y violan la ley"

Madrid

El problema no es que Ayuso simpatice con un fascista. Y que le admire en privado. El problema es que reciba a Milei, le alabe, le condecore públicamente y lo utilice como ariete contra el Gobierno de la nación. Y que además le sirva de coartada "oficial" para que los contribuyentes argentinos vuelvan a sufragar un viaje partidista: de cobertura para la corrupción. Pero a eso ya está acostumbrada la mandataria ultra: convive con una persona que es un criminal, y en un piso que está en situación ilegal.

¿Por qué es un problema la condecoración a Milei? ¿Acaso condecorar no está entre las competencias de una comunidad autónoma?

Otorgar honores es posible, pero no cuando eso interfiere en la competencia exclusiva del Gobierno de la nación para dirigir la política exterior. Así lo impone el artículo 6 de la Constitución española.

Es verdad que la ley de la Acción y del Servicio Exterior del Estado reconoce a otros organismos, además del Gobierno, funciones no en la "política exterior", sino de "acción exterior". Pero estas funciones deben desarrollarse "con observancia y adecuación a las directrices, fines y objetivos establecidos por el Gobierno", fija esa ley en su artículo 1. Y resulta evidente, hasta para un marciano, que no es una directriz del Gobierno español homenajear al actual presidente argentino: porque retiró a su embajadora en protesta por su comportamiento en la última visita. Y porque la propia Ayuso no se ha cortado explicando que con su homenaje persigue atacar al Gobierno en vez de observar sus directrices.

No es que sea antipatriota, que también. Es que lo es con métodos que contrarían la Constitución y violan la ley.

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