El miedo a salir del armario dentro de una cárcel

Madrid

Escuchar el sonido de las puertas de un centro penitenciario no deja indiferente, tras ellas la libertad desaparece violentamente. Traspasarlas significa adentrarse en un mundo distinto.

Hace un año solicitamos permiso a Instituciones Penitenciarias para acceder al centro Madrid V, más conocido como cárcel de Soto del Real, y conocer de primera mano un proyecto muy especial. Después de varios meses de espera el permiso llegó.

En marzo de 2022 Ana y Beatriz, dos trabajadoras sociales del centro penitenciario, pusieron la semilla del grupo Rejas Rosas organizando una charla con el actor y director de cine Jorge Muriel, el cineasta quería documentarse y ver cómo es la vida de una persona homosexual en prisión. Al encuentro acudieron una decena de reclusos del colectivo LGTBI y tal fue la acogida de la iniciativa que decidieron crear un grupo LGTBI con el objetivo de visibilizarse, romper estereotipos y normalizar la diversidad que también existe en las cárceles. Al poco tiempo este grupo se puso en contacto con la Fundación 26 de Diciembre, una entidad que lleva mucho tiempo trabajando en programas de reinserción social de personas del colectivo. Desde entonces el programa no ha hecho más que crecer y después de dos años de vida se ha convertido en un referente, en un espacio en el que los internos encuentran una red de ayuda y de apoyo emocional para ser ellos mismos.

Rejas Rosas, es un proyecto pionero y valiente que ya se ha exportado a la prisión Estremera, en la Comunidad de Madrid, a la de Teixeiro, en A Coruña, y que sin duda seguirá creciendo.