La cirugía estética y el límite que la convierte en herramienta o inconveniente
La cirujana plástica y estética Lola Pérez del Caz se muestra alarmada por algunas de las tendencias actuales en su sector, a la vez que recuerda la utilidad de muchas intervenciones en lo que a calidad de vida y salud mental se refiere
Reducción de frente o levantamiento de párpados: la cirugía estética no siempre cura los complejos
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Madrid
"Hay un límite que no podemos traspasar", dice Lola Pérez del Caz, jefa del Servicio de Cirugía Plástica y Quemados del Hospital Universitario La Fe y dueña de su propia clínica privada de cirugía estética en Valencia. Tiene claro que predomina la sensatez entre sus compañeros, tanto en la cirugía estética como en la plástica. Sin embargo, se muestra alarmada ante la creciente popularidad de intervenciones que pueden tener consecuencias perniciosas para la salud y ante las expectativas, cada vez menos realistas, con las que llegan los pacientes.
Para Pérez del Caz, las redes sociales son culpables del auge de tendencias como la que retira las costillas flotantes en mujeres para alcanzar un cuerpo similar al de Kim Kardashian —así, de hecho, lo verbalizan quienes lo buscan—. Ella misma reconoce estar "totalmente en contra" de algo así, pues ve riesgos claros en una intervención como esta, que altera la dinámica de la caja torácica y que puede resultar problemática cuando la paciente gane peso con el paso de los años. No cree, sin embargo, que todo sea fruto de problemas de salud mental o trastornos como la dismorfia corporal: observa que, simplemente, se normalizan deseos y aspiraciones que generan expectativas lejanas a la realidad. La mayor popularidad del bótox entre los jóvenes o el deseo de afilar y hacer más angulosas las facciones del rostro son otras de las tendencias que describe como las más frecuentes actualmente.
El País publicaba esta semana un reportaje sobre el proceso de elongación ósea que permite ganar centímetros de estatura gracias a varias intervenciones en las piernas. Aunque ha causado revuelo y sorpresa en redes sociales, Pérez del Caz ha explicado que existía hace ya hace décadas, cuestión que también señala el diario, cuando servía para corregir dismetrías, muchas veces causadas por enfermedades como el polio. Su popularidad actual se debe también, sin embargo, a fines estéticos. Aunque es un procedimiento que cae más en el campo de la traumatología, ha reavivado la discusión sobre los límites de la cirugía con fines estéticos en la conversación pública.
"Si tus expectativas son reales, someterte a un procedimiento de cirugía plástica o estética puede mejorar cómo te sientes"
Pérez del Caz recuerda que los profesionales deben poner límites y acercar las expectativas a la realidad, pero escapa de la demonización absoluta de su sector. "Si tus expectativas son reales, someterte a un procedimiento de cirugía plástica o estética puede mejorar cómo te sientes", cuenta, recordando uno de los propósitos con los que nació la especialidad: "Bien utilizada, tiene un rendimiento a nivel psicológico importante".
Un caso diferente a los anteriormente mencionados, pero también íntimamente relacionado con la salud mental y la calidad de vida, es el de las intervenciones que suceden a quemaduras o accidentes y que tienen lugar en hospitales: "Desde el minuto en que el paciente ingresa, además de salvar la vida (...), el equipo de rehabilitación empieza a actuar para prevenir las secuelas". Así, la cirujana celebra avances como el que permite el cultivo de la piel y, por tanto, "salvar la vida de los pacientes que no disponen de suficiente zona donante" en una situación, por ejemplo, como la de padecer grandes quemaduras. "Que el paciente, cuando sobreviva, sobreviva con la mayor calidad de vida posible" es, para ella, la prioridad.