Confusión y acusaciones de "autogolpe" en Bolivia: reconstrucción de las últimas horas en La Paz
El presidente boliviano, Luis Arce, que lucha contra una baja popularidad, sale reforzado de este incidente
Confusión y acusaciones de "autogolpe" en Bolivia: reconstrucción de las últimas horas en La Paz
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Madrid
Hay cierta confusión sobre lo que ha sucedido en las últimas horas en Bolivia. El 'intento de golpe de Estado' comenzaba a media tarde en pleno corazón de La Paz, en la plaza Murillo, junto al Palacio Presidencial. En pocos minutos quedó rodeado por los militares, que trataban de forzar su entrada al edificio con el objetivo declarado de "cambiar el Gobierno".
Dentro de Palacio, los miembros del ejecutivo se atrincheran hasta que una tanqueta rompe la puerta principal y permite la entrada del cabecilla del golpe —el destituido general Juan José Zúñiga— se encaraba con el presidente boliviano, Luis Arce, que le exigía que ordenara a sus hombres regresar a los cuarteles.
Zúñiga, que el martes fue destituido como jefe de las Fuerzas Armadas, justificaba su intentona golpista culpando al presidente de un presunto “autogolpe” para levantar su popularidad.
Horas después, el militar era detenido y sus hombres se replegaban mientras los seguidores de Luis Arce le mostraban su apoyo con gritos de "¡Lucho no estás solo!" y "Los golpistas no pasarán".
El presidente ha nombrado este miércoles a un nuevo jefe de las Fuerzas Armadas ha llamado a la movilización popular frente a los "apetitos inconstitucionales" de algunos militares que, dice, "han manchado el uniforme".
Batalla interna dentro del partido en el gobierno
Es importante el contexto en todo lo que ha sucedido para buscar respuestas de lo ocurrido. Para empezar, el propio militar golpista —que era el jefe del ejército hasta el martes— ha acusado al presidente del gobierno legítimo de haberle pedido que saliera a la calle con los tanques para reforzarle políticamente porque mantiene una batalla interna con sectores de su propio partido, que es el del expresidente Evo Morales.
El Movimiento al Socialismo (MAS) vive desde hace años una fractura interna entre quienes todavía apoyan al expresidente Morales y quienes secundan a su sucesor, Luis Arce. El primero controla el aparato del partido pero el segundo tiene las riendas del Estado y ha ido apartando a los 'evistas' de los cargos estratégicos.
Ambos —Arce y Morales— buscan ser el candidato del MAS en las elecciones del próximo año. Algo, a priori, imposible para el expresidente que en diciembre quedó inhabilitado tras el fallo del Constitucional boliviano que tumbó la figura de la "reelección indefinida".
Por su parte, Arce lucha contra una baja popularidad debida a la fuerte crisis económica en un país fuertemente polarizado que este miércoles, por unas horas, cerró filas en torno a su presidente y frente a los golpistas.
Fernando Bayo
Director de 'Código de Barras'