¿Hay margen para cambiar a Biden como candidato?
La actuación del presidente, de 81 años, en el debate con Donald Trump en la CNN ha provocado el pánico en el partido demócrata a cuatro meses de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre
Los momentos clave del debate entre Biden y Trump
Hay un viejo proverbio que dice "nunca cambies de caballo a mitad del río". Sin embargo, tras el debate de esta pasada madrugada en la CNN entre Biden y Trump, en el partido demócrata han empezado a pensar que es mejor la incertidumbre del cambio de caballo a mitad de río que la certeza de no llegar a la otra orilla con el actual presidente.
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Pero el reloj y el calendario no ayudan. Faltan poco más de cuatro meses para las elecciones del 5 de noviembre y la única manera de apartar a Biden de la carrera presidencial en este momento es que él renuncie a presentarse. Oficialmente, aún no es el candidato demócrata, igual que Trump tampoco es el candidato oficial republicano. Eso se oficializa en las convenciones demócrata y republicana que se celebrarán este verano. En el supuesto de que Biden renunciara finalmente a presentarse, no hay tiempo material para celebrar otras primarias, así que la convención del partido de mediados de agosto tendría que elegir otro candidato.
Pero todo eso parte de un supuesto previo: que Biden renuncie. Y salvo que él llegue a la conclusión por sí mismo, alguien tiene que hacérselo ver. En el partido demócrata hay fuentes citadas por The New York Times que dicen desde el anonimato que la dirección del partido debería ir a la Casa Blanca a convencer al presidente de que se retire. El periodista de Axios y analista de la CNN Barak Ravid ha escrito en la red social X, antes Twitter, una frase de un alto responsable demócrata que revela a la perfección la situación actual tras el debate: "Sólo Jill y Barack se lo pueden decir". Jill es la esposa de Joe Biden, y Barack es obviamente Barack Obama, el presidente de Estados Unidos entre 2008 y 2016, que tuvo a Biden de vicepresidente esos ocho años y que es su amigo íntimo.
¿Hay algún precedente de un inquilino de la Casa Blanca que, optando a la reelección, haya renunciado a falta de pocos meses para la cita con las urnas? Sí, en 1968, con el país inmerso en la guerra de Vietnam, el presidente Lyndon Johnson anunció en marzo, ocho meses antes de las elecciones, que se retiraba de la carrera por la reelección. Robert Kennedy, que aspiraba a ser el candidato, fue asesinado el mes de junio y el partido, en la convención que se celebró en Chicago, eligió al vicepresidente Hubert Humphrey, que perdió por poco contra el republicano Richard Nixon. Paradojas de la historia, la convención demócrata de este año también se va a celebrar en Chicago.
El debate presidencial de esta noche ha sido algo inédito. Desde que estos cara a cara empezaron a televisarse en Estados Unidos en 1960, siempre se han celebrado en septiembre y octubre, es decir, uno o dos meses antes de las elecciones que se celebran, conforme establece la Constitución, el primer martes después del primer lunes del mes de noviembre. ¿Por qué se ha celebrado esta vez uno en junio? Porque los demócratas forzaron la máquina para que así fuera. Pidieron dos debates, uno en junio y otro en septiembre. A la vista del resultado de esta noche, hay dos posibilidades: que haya sido un error colosal de los estrategas demócratas o, una mucho más retorcida, que haya sido la forma de evidenciar que Biden no está en condiciones de presentarse a la reelección y forzar el debate de su reemplazo en el seno del partido demócrata.
¿Y si gana Donald Trump?: Un análisis de Miguel Ángel Muñoz Encinas y Sara Canals
Visto lo visto esta noche, sería kamikaze llevar a Biden a otro debate con Trump en septiembre y probablemente suicida someterlo al juicio de las urnas en noviembre.
Miguel Á. Muñoz Encinas
He trabajado en todos los programas informativos...