Ramón Martínez, escritor y activista LGTBI: "De las peras y manzanas de Ana Botella hemos pasado a la nueva 'frutada' de la alcaldesa de Valencia. Nos enfrentamos a amenazas que creíamos superadas"
El secretario de Cogam alerta sobre la regresión de derechos que provoca el auge de la extrema derecha y cómo los mensajes de odio están calando en las nuevas generaciones
Ramón Martínez: "De las peras y manzanas de Botella hemos pasado a la nueva 'frutada' de la alcaldesa de Valencia..."
10:55
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1719591187615/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
Los derechos nunca hay que darlos por sentados. Hay que pelearlos a diario porque el riesgo de perderlos está siempre presente. Y las polémicas de los últimos días con banderas arcoiris que se retiran de los ayuntamientos o carteles que reducen el Día del Orgullo a un cliché de tacones y preservativos, son un buen ejemplo de esa amenaza. Lo advierte Ramon Martínez, escritor, activista y profesor de secundaria que anima a la sociedad a mojarse y no permanecer callada ni impasible ante el repunte de actitudes intolerantes y discriminatorias. Ramón tiene 42 años y salió del armario cuando tenía 17. "En 1999 recuerdo que mi único referente era García Lorca. Ahora mis alumnos no han conocido una España sin matrimonio igualitario pero hay amenazas que creíamos superadas y que están resurgiendo", nos ha contado en La Ventana.
Martínez relaciona ese riesgo de involución con el auge de la extrema derecha y la proliferación de los mensajes de odio. "Por suerte no son la mayoría, pero en una minoría de jóvenes esos mensajes que habíamos conseguido arrinconar están calando ahora. Si ven esas barbaridades en el Congreso, en las redes, o en algunos medios de comunicación y ven que no pasa nada, pues las repiten sin pudor y con total impunidad", explica.
Sin bajar la guardia
Y ante eso, añade Martínez, debemos estar en guardia. "Puede que no estuviéramos tan avanzados como creíamos". Como profesor e investigador LGTBI constata que en las aulas convive la generación más libre y más visible de nuestra historia con una minoría que sí se ha empapado de ese discurso ultra de intolerancia. "Hay una generación que ha podido vivir sin miedo y que quizá ahora esté descubriendo por primera vez el miedo sin haberlo experimentado antes".
Cree Martínez que se están poniendo piedras en el camino que recuerdan peligrosamente a lo que ya ha pasado en otros momentos de la historia. "Hace un siglo en Europa y en Alemania se lograron grandes progremos en materia de libertades de los colectivos homosexuales, pero luego pasó lo que pasó y el nazismo sepultó todo aquello", recuerda.
Por eso no hay que olvidar que los símbolos no son cuestiones aisladas sino que lo importante son las políticas que llevan detrás y que pasan por reivindicar y asegurar en la práctica algo tan universal como es el libre ejercicio de los derechos humanos. "Por suerte hoy la bandera arcoiris ondea en miles de balcones, pero donde tiene que estar es en la casa de todos, que son los ayuntamientos y las instituciones".