La extrema derecha acaricia el poder en Francia mientras Macron se hunde
La alianza de izquierdas ha logrado ser la segunda fuerza y ha asegurado que retirará su candidatura de las circunscripciones en las que han quedado en tercer lugar para evitar la dispersión del voto
Madrid
La extrema derecha arrasa en Francia en una jornada marcada por la alta participación. Agrupación Nacional, el partido de Marine Le Pen, ha conseguido el 33% de los votos en la primera vuelta de las elecciones legislativas y está a un paso de acariciar el poder. El próximo domingo 7 de julio se decidirá el tablero político y el ultraderechista Jordan Bardella puede convertirse en el próximo primer ministro, si como se prevé, consigue la mayoría absoluta.
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De los 577 distritos, 231 ya han sido escrutados y Agrupación Nacional ocupa ya 145 asientos, frente a los 32 obtenidos por la coalición de izquierdas, Nuevo Frente Popular, y los 19 que se lleva ya la coalición de Emmanuel Macron, Juntos. Todo apunta a que Agrupación Nacional se hará con entre 260 y 310 escaños, lo que implica una posible mayoría absoluta, que está fijada en 289 diputados. Mientras que el partido de Bardella ha obtenido el 33% de los sufragios, detrás queda la coalición izquierdista, con el 28,5%, y los de Macron se quedan por detrás, con el 22%.
Con los resultados de la primera vuelta, es evidente que el macronismo se ha llevado un batacazo al pasar de tener el 60% de los asientos en la primera legislatura, a carecer de mayoría absoluta cinco años más tarde, antes de pasar a ser desde este domingo la tercera fuerza del país, muy lejos de la ultraderecha y de la alianza de izquierdas. Juntos puede perder hasta 155 escaños de los 245 actuales, lo que supone una caída libre hacia el abismo político.
El Nuevo Frente Popular puede lograr, en cambio, hasta 145 asientos, por lo que se sitúa como segunda fuerza política. Por detrás de las tres fuerzas principales se sitúan Los Republicanos con un 10,5% de votos, otros (regionalistas, ecologistas, 2%), extrema izquierda (1,5%), izquierda diversa y disidentes del NFP (1,5%), Recuperación (0,5%) y varios soberanistas y de derecha (0,5%).
Una participación histórica que favorece a la ultraderecha
La cita electoral ha sido histórica, con una participación del 65,8%, casi 20 puntos más que en la anterior primera vuelta de las legislativas de 2022. Una participación que ha favorecido a la ultraderecha y que Le Pen ha agradecido. La líder de Agrupación Nacional ha hecho un llamamiento para lograr una mayoría absoluta en segunda vuelta. "Necesitamos una mayoría absoluta para que Jordan Bardella sea nombrado primer ministro. Si la mayoría no es clara, siempre habrá bajas maniobras que podrían obstaculizar la verdadera alternancia que el país. Por eso, queridos compatriotas, los invito a confiar sus votos el próximo domingo para que se unan a la coalición de la libertad, de la seguridad y la unidad", ha apelado.
Le Pen ha sido la gran vencedora de la noche, pues ha conseguido asegurar su escaño por el distrito del Paso de Calais sin necesidad de concurrir a la segunda vuelta. Por ello, se ha felicitado por los resultados que han "borrado por completo" al bloque que apoyaba al actual presidente. "Por el bien de todos, mis queridos compatriotas, este 30 de junio de 2024 renace la esperanza en el país, el 7 de julio ¡movilícense para que gane el pueblo! ¡Viva la República! ¡Viva Francia!", ha añadido.
Bardella, por su parte, ha dicho que será "el primer ministro de todos los franceses" y ha prometido ser "un primer ministro de convivencia, respetuoso de la Constitución y la función del presidente de la República". "Ahora Agrupación Nacional es la única fuerza republicana y patriota que puede hacer que Francia gane, que proteja nuestras instituciones, restablezca la seguridad, decrete la paz fiscal y de fe ante esa extrema izquierda peligrosa, que decidió elegir candidatos comunistas que son inaceptables y propone abiertamente desarmar la policía, abrir las puertas de la inmigración, abolir la ley de lucha contra el separatismo islamista", ha expresado.
La ultraderecha de Le Pen gana la primera vuelta y podría lograr la mayoría absoluta
La estrategia de la izquierda: no presentarse
El Nuevo Frente Nacional no lo da todo por perdido y a pesar de que ha logrado ser la segunda fuerza política, su objetivo es evitar a toda costa que la ultraderecha llegue al poder. Voces como la del líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon o el líder del Partido Socialista, Olivier Faure, han asegurado que retirarán las candidaturas en las circunscripciones en las que hayan quedado en tercer lugar.
"En todas las circunstancias nuestra consigna es clara: ni un voto de más para Agrupación Nacional, ni un escaño de más", ha dicho, como estrategia para evitar dividir el voto frente a la extrema derecha. "Hay que dar una mayoría absoluta al Nuevo Frente Nacional, que llega como la única alternativa", ha apelado el dirigente izquierdista, mostrando optimismo sobre una mejora de los resultados el próximo domingo.
Sin embargo, el partido de Èric Ciotti, Los Republicanos, no ha dado instrucciones de voto para la segunda vuelta y ha pedido a los franceses que "se expresen en conciencia". "La próxima semana es crucial. Invitamos solemnemente a todos aquellos que se niegan a ser los rehenes de una elección obligada a dar su voto a los candidatos de Los Republicanos presentes en la segunda vuelta. Donde no estamos presentes en la segunda vuelta, considerando que los electores son libres en su elección, no damos instrucciones nacionales y dejamos que los franceses se expresen en conciencia", ha publicado el partido en un comunicado.
Macron guarda silencio, abocado a una cohabitación
Mientras que todos los líderes han salido a expresar sus sensaciones, Macron ha sido el único que ha emitido un breve comunicado, pidiendo "una amplia unión claramente democrática y republicana para la segunda vuelta". Ha sido el primer ministro, Gabriel Attal, quien ha subido el tono y ha reconocido que la extrema derecha "está a las puertas del poder" y que deben aprender la lección para la segunda vuelta. "Si queremos estar a la altura del destino francés, hay que evitar que ocurra lo peor", ha aseverado.
Cada vez hay más certezas de que Macron deberá asumir una cohabitación al tener que nombrar la próxima semana a un primer ministro de extrema derecha o de izquierdas, pero en ningún caso a un candidato de su partido. Es el desenlace de un macronismo que ha ido perdiendo fuelle, sin iniciativa política y en el que el presidente se ha ido alejando hasta el punto de que ha sido el gran ausente de la reciente campaña. De hecho, hasta su primer ministro entre 2017 y 2020, Edouard Philippe, evidenció su ruptura con él, al no verle capaz de reunir a la derecha y el centro.
La polarización complica la posibilidad de un Gobierno tecnócrata, mientras que Macron no contempla recurrir al artículo 16 de la Constitución y concederse poderes excepcionales para evitar el vacío de poder y no tener que nombrar a un primer ministro de distinto signo político. Macron está acorralado por la izquierda y la extrema derecha y será el 7 de julio cuando se despeje el camino político y se decida el futuro Ejecutivo.
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Sandra Fernández Pérez
Graduada en Periodismo por la Universidad Complutense...