La influencia de las corrientes oceánicas en el clima global
Marisa Montoya, catedrática de Física de la Tierra de la Universidad Complutense de Madrid, ha pasado por A vivir para hablar de cómo afectan los cambios en las corrientes al clima.
Madrid
El cambio climático es uno de los retos más importantes a los que se someterá la humanidad en un futuro próximo. Las consecuencias de la crisis climáticas son ya palpables al mismo tiempo que la reacción del ser humano es tibia frente a esta enorme problemática. Los principales pronósticos siempre se lanzan con vistas a un medio plazo.
El físico alemán Stefan Rahmstorf publicó que la Corriente Circular del Atlántico (AMOC) podría colapsar en la década de 2030. Esto derivaría en una posible glaciación y caos climático. El escenario parece casi apocalíptico. Para arrojar luz sobre el asunto, Marisa Montoya, catedrática de Física de la Tierra de la Universidad Complutense de Madrid y miembro del Instituto de Geociencias del CSIC, ha pasado por A vivir para conversar sobre esta posibilidad.
"Lo que Steffan tuiteó no es que la corriente oceánica fuera a colapsar, sino que hay un conjunto de modelos que se consideran fiables que mostraban un colapso de la convección", afirma Montoya negando la posibilidad de que pueda ocurrir de aquí a unas décadas. Los cambios en la circulación de las corrientes pueden afectar a las temperaturas. Montoya comenta que las corrientes transportan calor consiguiendo que "las costas de Europa tengan un clima mucho más moderado que otros lugares que están en la misma latitud".
El alarmismo y la rimbombancia de las conclusiones derivadas de las publicaciones en X suscitaron que Europa podría sufrir una glaciación próxima. La realidad o, al menos lo más probable, es menos catastrófica.