El Gobierno conservador de Grecia comienza a aplicar la semana laboral de seis días

Madrid

Desde este lunes ya es efectivo. En las empresas privadas, factorías y sectores de Grecia donde el trabajo no se circunscriba al horario funcionarial, pueden aplicar la semana de las seis horas. Primero se ofrecerá de modo voluntario a los trabajadores que quieran acogerse a ello a cambio de una mayor remuneración salarial, y a posteriori, si no se cubren todas las necesidades del sector, se aplicará aleatoriamente.

Según el plan del Gobierno conservador griego, con la semana laboral ampliada, el personal de determinadas industrias y plantas de fabricación tendrá la opción de trabajar dos horas más al día o un turno extra de ocho horas, con una remuneración adicional del 40% que se añadirá al salario diario.

En un país donde casi no hay una tradición de inspecciones en el lugar de trabajo, los críticos sostienen que la reforma, en última instancia, significa la sentencia de muerte de la semana laboral de cinco días, sobre todo porque permite a los empleadores dictar si se requiere un sexto día de trabajo. Los sindicatos ya han reaccionado y acusan al gobierno del conservador Mitsotakis de ir contra corriente, porque mientras la mayoría de los gobiernos de países occidentales estudian una reducción de la jornada laboral, en Grecia se amplía.

El gobierno pro empresarial del primer ministro conservador Kyriakos Mitsotakis afirma que la iniciativa se hizo necesaria debido a los peligros de una población que cada vez crece menos y a la escasez de trabajadores calificados. Antes de anunciar la legislación, que forma parte de un conjunto más amplio de reformas laborales, Mitsotakis describió el cambio demográfico proyectado como una "bomba de relojería". En un éxodo sin precedentes, se estima que alrededor de 500.000 griegos, en su mayoría jóvenes con educación, han emigrado desde que estalló la crisis de la deuda, que duró casi una década, a fines de 2009.

Para los opositores, que ya han salido a las calles en protesta, la reforma erosiona las protecciones legales y hace retroceder derechos largamente establecidos de los trabajadores en nombre de la flexibilidad.

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