La izquierda y el macronismo tratan de aliarse de cara a la segunda vuelta tras la victoria de la ultraderecha en Francia
Las llamadas triangulares pueden favorecer que, pese a su holgada victoria de este domingo, los de Le Pen no acaben gobernando el país
París
El barroco sistema electoral francés, especialmente para las legislativas, puede ofrecer la paradoja de que, pese a su holgada victoria en la primera vuelta de este domingo, la extrema derecha no acabe gobernando el país. Esto se produciría si en la segunda vuelta del domingo que viene hay suficientes alianzas de candidatos del campo del presidente Emmanuel Macron con la coalición de izquierdas para retirar mutuamente candidatos en favor del mejor situado y derrotar así al de ultraderecha en cada circunscripción. Es lo que se denomina, en la jerga electoral, triangulares (incluso hay seis cuadrangulares) entre tres candidatos calificados, que ha favorecido la alta participación del 67%.
Así, ya son 178 los candidatos que han quedado en tercera posición y que han decidido retirarse de las circunscripciones, por lo que todavía quedan 133 triangulares restantes, cuyo plazo expira este martes a las 18 horas, según informa Le Monde.
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El Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen obtuvo, según datos oficiales del ministerio del Interior, un 33%, sumado el casi 4% de la escisión de la derecha tradicional del presidente en rebeldía, Éric Ciotti. El Nuevo Frente Popular de Izquierdas se quedó en el 28%, mientras que los partidos macronistas pasaron del primer al tercer puesto con únicamente un 20%. Por su parte, Los Republicanos de la derecha tradicional que no ha pactado con la ultraderecha se situaron en un 10%, añadiendo candidatos cercanos. Si no hubiera alianzas, los institutos demoscópicos proyectan estos resultados en escaños del RN a entre diez y veinte diputados solo de la mayoría absoluta, que está en 289. Actualmente, disponen de 89. La izquierda no superaría los 200, respecto a los 149 actuales y los macronistas se derrumbarían a menos de cien, cuando ahora están en minoría parlamentaria con 249.
Desde la misma noche electoral de la primera vuelta, hubo movimientos para cerrar el paso a los lepenistas y que el joven Jordan Bardella, designado por Marine Le Pen, se convierta en primer ministro. Le Pen lo reclamaba desde su feudo del Norte-Paso de Calais, donde ya fue reelegida diputada en la primera vuelta con más del 50% de los votos en su circunscripción sobre el total de inscritos. Esta alta participación favoreció que se reeligieran hasta 74 diputados, sobre todo lepenistas y de izquierda, y solo dos macronistas. Ningún ministro. "Para proceder a esta alternancia, para conducir las reformas que el país necesita, nos hace falta una mayoría absoluta para que Jordan Bardella sea en ocho días nombrado primer ministro por Emmanuel Macron", reclamaba directamente con los sondeos a pie de urna Le Pen ante el jolgorio de los suyos.
El frente republicano
Poco después, el líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, era inequívoco con este frente republicano, tal como la izquierda ha venido haciendo contra la ultraderecha desde hace más de dos décadas. "Es por lo que en la hipótesis de que los candidatos de ultraderecha hayan llegado en cabeza, mientras que nosotros solo estemos en tercera posición, retiraremos nuestra candidatura", anunciaba Mélenchon ante la aprobación de sus militantes. E inmediatamente se unieron a ello los otros líderes socialista, ecologista y comunista de la coalición. Una manera de poner presión al campo macronista, que durante toda la campaña los ha identificado en su conjunto como extrema izquierda por la presencia de los insumisos
La respuesta no llegó hasta las diez de la noche, cuando desde la sede de Gobierno, Attal hizo una declaración que, en principio, parecía diáfana: “Esto pasará por el desistimiento de nuestros candidatos cuyo mantenimiento en tercera posición podría hacer elegir a un diputado del Reagrupamiento Nacional ante otro candidato que defiende como nosotros los valores de la República”. Pero, antes y después, líderes de la mayoría instauraban la ambigüedad. Es el caso del exprimer ministro macronista Édouard Philippe, con un partido propio de derechas, que se niega a apoyar candidatos insumisos, o del centrista François Bayorou, que considera que hay que hacerlo caso por caso. A nivel local, se están empezando a aplicar estas retiradas pero también hay ejemplos en que no es así, incluso entre las propias filas de la izquierda.
Sin embargo, la consigna de Macron, secundada por el primer ministro saliente, Gabriel Attal, no ha calado del todo entre sus propios rangos y sus aliados, especialmente entre los dirigentes salidos de los conservadores Los Republicanos (LR).
El número dos del Gobierno, el ministro de Economía, Bruno Le Maire, pidió a los electores del centro y centro-derecha que voten "por un candidato socialdemócrata, comunista o de los verdes", pero no por uno del LFI de Jean-Luc Mélenchon, partido al que no considera del arco republicano por sus críticas a Israel y sus invectivas contra la policía.
Édouard Philippe, primer ministro entre 2017 y 2020, dio la misma consigna para los miembros de su pequeño partido Horizontes, aliado con Macron, y les pidió que hagan el distingo si en su circunscripción hay un aspirante finalista del LFI -lo que sucede en varias de ellas pues es la fuerza más representada en el Frente Popular-.
En el campo de Los Republicanos de derecha, aún bajo la sacudida del pacto con la ultraderecha de Ciotti, prefieren no dar consigna de voto y dejar a sus militantes la libertad de voto porque sitúan, al mismo nivel, el RN y los insumisos. Mientras tanto, se espera la palabra pública del presidente Macron que, por ahora, se ha limitado a un mensaje en X en que, ante el RN, llama "a una amplia unión, claramente demócrata y republicana para la segunda vuelta". Pero dejando también muy abierto a quien incluye, en un cierto signo de que ha perdido su apuesta altamente arriesgada de convocar por sorpresa unas legislativas anticipadas en menos de un mes.
Los candidatos que se han calificado para esta segunda vuelta tienen tiempo hasta este martes, a las 18h, para decidir si se mantienen o se retiran. Entonces, sabremos exactamente hasta dónde llega este frente republicano. Por el momento, el director general del instituto Ipsos, Brice Tenturier, encargado de las encuestas para la radio pública y el diario Le Monde, vaticina a partir de todos estos datos y movimientos que “no hay dinámica ganadora para la mayoría absoluta para el partido de Le Pen”.