El Gobierno de Cuba instaura la "economía de guerra" ante la situación extrema que atraviesa el país

Madrid

Las autoridades cubanas, que dicen estar en una "economía de tiempos de guerra", planean llevar a cabo más y mayores controles en el mercado estatal y en el privado. Para ello aplicarán una "política de precios única, inclusiva y en igualdad de condiciones para todos".

Este término de Economía de Guerra suele usarse para situaciones extremas y en Cuba entra en vigor en un momento en que la inflación supera el 30%, la contracción de la economía el 2% y la depreciación de la moneda cubana en relación al dólar y al euro es del 50% en el mercado negro, que es donde se contabilizan los cambios reales.

Cuba viene sufriendo escasez de productos esenciales y en la cartilla de racionamiento no todos los meses hay carnes, lácteos o harinas. A eso se suman los continuos recortes en el suministro eléctrico, en los carburantes y en miles de pequeños aspectos sociales cotidianos, que han hecho que los cubanos traten de huir del país buscando mejoras sociales, políticas y económicas.

Según indica el Órgano Oficial del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, el Granma, "se implementarán regulaciones para acotar la ganancia en las compras de productos y pagos de servicios e insumos que realiza el sector estatal al no estatal; habrá que fomentar el encadenamiento y no ceder capacidades productivas".

"Se iniciará el proceso de elaboración del Plan de la Economía y del Presupuesto del Estado para 2025, a partir de la aprobación del Modelo Global y las Directivas de Gobierno concebidos para ese proceso; así como se avanzará en la implementación de un plan de acciones para solucionar los problemas existentes en el proceso de bancarización", agrega el texto que cita la más reciente reunión del Consejo de Ministros.

El régimen de La Habana aprobó en 2021 la creación de micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) pero ahora culpan a los dueños de esos negocios por los elevados precios en el país.

En la reunión, presidida por el primer ministro Manuel Marrero Cruz, el presidente Miguel Díaz-Canel mencionó entre las causas fundamentales de la crisis: "La burocracia y el ineficiente control que estamos realizando desde nuestro sistema institucional, que está limitando el trabajo creativo y propicia distorsiones no deseadas en nuestra sociedad".

"Aquí todos nosotros estamos para salvar la Revolución y para salvar el socialismo", ha indicado. Así que lo único que se le ocurre es apretar aún más a una población extenuada, seguir culpando de los males al embargo estadounidense, y anuncia el fin de la apertura de los cuentapropistas o autónomos.

Las autoridades también anunciaron que centralizarían la toma de decisiones sobre el presupuesto nacional, lo que les permitiría ajustar los gastos a los ingresos, así como un mayor control para evitar la evasión de impuestos, "de manera tal que no se nos escape ni un centavo del presupuesto del Estado".

En medio de una de las peores crisis que ha vivido el país en las últimas décadas, Díaz-Canel ha destituido a altos funcionarios de su gobierno. Entre ellos, el ministro de Economía, Alejandro Gil Fernández, por acusaciones de corrupción