Cambio climático y cultivos: "La agricultura que se practica no regenera los ecosistemas, los degrada"

Madrid

Ningún sector está exento de las consecuencias del cambio climático. Tampoco la agricultura ni la ganadería. El sexto episodio del podcast 'Claro que se puede' aborda la producción ecológica. Una tarea imprescindible para seguir comiendo alimentos de calidad sin degradar los ecosistemas. La superficie utilizada para la agricultura ecológica en la Unión Europea supera el 10%, y el objetivo es que este porcentaje crezca en los próximos años.

En 'Claro que se puede', Cristina Monge debate cómo hacerle frente al cambio de clima en las explotaciones agrarias con Carlos Gregorio, profesor de Ingeniería Agrónoma de la Universidad Politécnica de Madrid, María José Sanz, directora científica de BC3, Paca Baraza, comisionada del Ciclo del Agua y Restauración de Ecosistemas del MITECO y Josep Sabarich, enólogo y director de producción de Bodegas Torres. El episodio incluye un reportaje sobre agroecología y transición de cultivos tradicionales a sostenibles en Collado de Vera, en Extremadura.

Bodegas Torres es una empresa vinícola pionera en la transformación de la producción de vino para reducir su impacto en los ecosistemas. Josep Sabarich explica en 'Claro que se puede' que a principios de los 2000 fueron conscientes de que tenían que actuar: "En 2006 tuvimos una vendimia muy precoz, en la que empezamos a vendimiar el 12 de agosto y esto nos hizo tomar consciencia de lo que estaba sucediendo". El enólogo señala que, desde entonces, han conseguido reducir las emisiones de CO2 en un 36% y han centrado sus esfuerzos en el cuidado del suelo, la clave de la agricultura regenerativa. "Eliminamos los productos de síntesis tipo herbicidas e insecticidas para poder trabajar con un suelo vivo que no sufra estos productos químicos que acaban matando la microbiota y a los pequeños mamíferos".

Por su parte, María José Sanz, de BC3, comenta la importancia de combinar la experiencia de los agricultores con la ciencia para poder avanzar hacia unos cultivos más sostenibles. Carlos Gregorio, por su parte, expone que en muchas ocasiones el cambio viene ligado a la recuperación de conocimientos ancestrales: "Incorporar a los cultivos árboles de leguminosas, es decir, legumbres, ayuda a fijar nitrógeno, y esto ya lo hacían los Mayas y se ha ido perdiendo y ayuda a hacer un uso regenerativo del suelo".

El agua se planta

Este episodio de 'Claro que se puede' también cuenta la historia de Aitana Salgado. Natural de Madrid, ahora vive en Collado de Vera, en Extremadura, y practica la agroecología. Cuando llegó a su finca se encontró un suelo inerte, sin vida, que llevaba 30 años a base de abonos químicos de los cultivos tradicionales de fresas y moras, así que los sustituyó por ecológicos. "El foco de atención para nosotros es el suelo, conseguir tener un suelo lleno de vida para que haya nutrientes disponibles para las plantas". Y para ello cuenta con un sistema agroforestal, que ayuda a rehabilitar estos suelos degradados. "Es una forma de plantar en la que combinamos especies agrícolas con especies forestales, entonces creo vida y doy alimento al suelo", explica. En la finca producen frutos rojos, hortalizas y verduras y flores de corte. "A medida que aumenta la vida del suelo, también se incrementa la retención de agua, el agua se planta, es nuestro lema", añade.

Para Aitana "tenemos un desafío muy grande con la desertificación que hay en España y que nos tenemos que poner las pilas y que está claro que ahora mismo el tipo de agricultura que se está haciendo no es una agricultura que regenera, sino que es una agricultura que degrada los ecosistemas, usa muchísima agua, que no respeta los ecosistemas que hay alrededor". La agricultora insiste en "hacer otro tipo de agricultura para regenerar los ecosistemas".

Salvar el Mar Menor

Durante la charla también se aborda la problemática del Mar Menor. Fue en 2016 cuando la laguna se convirtió en una "sopa verde" y varios ecologistas alertan de que vive en estado permanente de colapso. "La agricultura es un problema y ha generado muchas presiones y es uno de los sectores clave que ha motivado la contaminación por nitratos tanto del acuífero de toda la cuenca vertiente del Mar Menor como de la propia laguna. Lo que queremos es que formen parte de la solución, porque un territorio ahora mismo muy degradado", explica Paca Baraza. Por ello, la experta ha añadido que en el MITECO han seleccionado 11 proyectos para revertir esta situación: proyectos con soluciones basadas en la naturaleza y buenas prácticas agrarias, prácticas que redujeran o la eliminaran el aporte de agroquímicos, entre otras cuestiones para salvar la laguna.