Nuestras salvajes costumbres
Aquí no se manda a ninguna púber a la que le viene la regla por primera vez a una cabaña en el bosque, pero es bombardeada día sí día también con imágenes de mujeres cadavéricas presentadas como verdadero ideal de belleza
Najat El Hachmi: "Nuestras salvajes costumbres"
Madrid
Si viniera un antropólogo a estudiar la cultura del mundo occidental de forma objetiva no tardaría nada en darse cuenta de que aquí sometemos a las niñas a un cruel y salvaje ritual de paso. Mirara a donde mirara vería lo que es una evidencia: que en cuanto las niñas llegan a la pubertad son privadas de alimento y sometidas a estrictas disciplinas de ejercicio. Para que puedan acabar siendo consideradas mujeres tienen que interiorizar y poner en práctica las normas que ya acatan o intentan acatar las adultas. Esto es: una ingesta alimentaria muy por debajo de sus necesidades dado que esta cultura el ideal de feminidad consiste en transmitir la idea de debilidad física.
Claro que nadie les dice a las niñas que dejen de comer, pero tanto en las familias como en los medios de comunicación de masas y las representaciones artísticas se difunde continuamente el mismo valor: para ser mujer tienes que estar delgada, para que las cosas te vayan bien tienes que pesar menos, para tener éxito y que te quieran tienes que pasar hambre.
El antropólogo observaría que los mecanismos de coacción para obligar a todas las hembras de esta sociedad a doblegarse a tan crueles costumbres son sofisticados y se basan en un mecanismo de premios y castigos: si adelgazas te aplauden, si engordas te condenan al ostracismo. Aquí no se manda a ninguna púber a la que le viene la regla por primera vez a una cabaña en el bosque, pero es bombardeada día sí día también con imágenes de mujeres cadavéricas presentadas como verdadero ideal de belleza.
Najat el Hachmi
Najat el Hachmi (Nador, Marruecos, 2 de julio...