El laberinto burocrático de la adopción, el único camino de las parejas homosexuales de hombres para tener hijos
El proceso en España se puede alargar hasta ocho años
El laberinto burocrático de la adopción, el único camino de las parejas homosexuales de hombres para tener hijos
01:35
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
<iframe src="https://cadenaser.com/embed/audio/460/1720266347930/" width="100%" height="360" frameborder="0" allowfullscreen></iframe>
El proceso de adopción en España se puede alargar hasta 7 u 8 años. Son 96 meses de burocracia: un laberinto de trámites y de papeleo. Sin embargo, son, sobre todo, interminables días de espera, y de una desesperación tan grande, que en el caso de muchas familias, desemboca en el abandono del proceso. La adopción es el único camino para algunas parejas heterosexuales, pero, en el caso de las parejas homosexuales de hombres - la mayoría de parejas lesbianas recurren a la inseminación artificial - es el único camino legal.
Adrián y Javi, dos chicos de 35 años, están tramitándolo desde hace dos años. "Hay tantas personas interesadas y tan pocos niños que al final es un proceso en el que hay muchos, muchas personas que quieren adoptar. No van a poder porque no hay, no hay posibilidades, no hay niños para adoptar para que puedan adoptar tantas personas", explica Javi. Ahora están en la mitad de la lista de espera y calculan que tienen que esperar otros cinco años. Adrián cuenta que hace poco escribieron “para ver en qué situación se encontraba todo el proceso” y les indicaron que "tenían que ser pacientes". Calcularon que cumplirán su sueño de ser padres cuando tuvieron "40 años".
"Hay parejas que deciden abandonar"
Este es el motivo por el que muchas familias acaban echándose a un lado: por la desesperación. Iván Hernán, coordinador de familias en la Federación Estatal de personas LGTBIQ+ asegura que se podrían agilizar los trámites burocráticos, por ejemplo, disponiendo de más medios: "Es verdad que podría ser más ágil, un poco más facilitador. Como casi cualquier proceso en el que interviene la administración, los plazos son un poco largos y los tiempos de espera, a veces, se dilatan mucho, hasta el punto de que hay parejas que deciden abandonar". Hernán afirma que sería beneficioso para los futuros padres, pero sobre todo, para ellos, para los menores: "Podría ser un punto de mejora para conseguir que los pequeños pasen el menor tiempo posible en los centros de acogida".
El caso de Fran y Marcos es diferente. Tenían muy claro que querían ser padres y optaron por otro camino: "Decidimos acudir al régimen de acogida porque sabíamos que queríamos acoger a una niña o un niño y darle la mejor vida posible durante el tiempo que fuera". Eran conscientes de que quieren darle la mejor vida, pero también de lo que le queda a la sociedad para alcanzar la diversidad. "El planteamiento nunca va a ser como el que nos han enseñado de pequeños o como el que está puesto en todos los lados. Vivimos en una sociedad en la que ni el sistema educativo, ni la sociedad, ni el sistema sanitario están diseñados para que dos papás tengan un niño. Sabíamos que iba a ser un reto convivir con ello, pero no un hándicap", sentencian.