Descubren un mecanismo cerebral para evitar las náuseas que producen los medicamentos Ozempic y Wegovy
Un equipo del centro Monell de Philadelphia ha encontrado las neuronas que, si se "apagan", evitan que el paciente que está tomando estos medicamentos adelgazantes sienta ganas de vomitar
"El siguiente capítulo en la historia de los medicamentos populares contra la obesidad que ocupan los titulares puede centrarse en la relación fisiológica entre sentirse satisfecho después de una comida y el control neurológico de las náuseas". Así comienza la nota pública con la que un equipo de científicos del centro Monell, un instituto de investigación dedicado a investigar los sentidos del gusto y el olfato en Philadelphia, anuncia que ha descubierto cómo puede ayudar a las personas que están tomando estos medicamentos para adelgazar a evitar desagradables efectos secundarios.
Dicen que en un futuro podrán desarrollarse medicamentos para la obesidad que reduzcan la ingesta de alimentos "sin inducir efectos secundarios adversos como náuseas". Y también, de paso, mejorar los efectos secundarios de este tipo en otros medicamentos. Su investigación se publica en Nature.
El uso de "agonistas del receptor de péptido-1 similar al glucagón (GLP1R) de acción prolongada" es uno de los descubrimientos más importantes en lo que va de siglo. Lo llamaron "semaglutida" pero el gran público lo conocemos como "Ozempic" y "Wegovy", sus marcas comerciales. Los descubridores de los efectos de estos medicamentos -que se usaban para la diabetes- para la pérdida de peso han ganado prestigiosos premios y ya hay millones de personas usándolos en todo el mundo. Hasta el mundo de los influencers ha llegado, con problemáticas consecuencias. Sin embargo, se habla muy poco del hecho de que, en muchos pacientes, siguen sin poder evitarse los efectos secundarios adversos como por ejemplo las náuseas o los vómitos.
Ahora, un equipo de investigadores del Monell Chemical Senses Center de Philadelphia han identificado dos circuitos neuronales distintos que controlan algunos de estos efectos de estos dos medicamento. La autora principal del estudio, la doctora Amber L. Alhadeff ha explicado que "no teníamos una buena idea de si estos efectos secundarios desagradables estaban relacionados o eran necesarios para pérdida de peso". Ahora sabemos que no.
En un modelo animal, han descubierto que ciertos grupos de neuronas en el cerebro controlan la ingesta de los alimentos sin causar náuseas.
Son las neuronas GLP1R en el área postrema del cerebro, una zona en la estructura medular, situada en el tallo cerebral que ya se había asociado con el control del vómito. El estudio demuestrqa que este grupo de células cerebrales "responden a los estímulos aversivos", mientras que las que están en el núcleo del tracto solitario se encargan de gestionar los estímulos nutritivos.
Los científicos han manipulado estos grupos de neuronas por separado. Y han podido comprobar cómo la activación de las neuronas en el núcleo del tracto solitario provoca al animal una sensación de saciedad sin provocarle aversión, rechazo o vómitos. Sin embargo, la activación de las neuronas en el área postrema sí desencadena una fuerte reacción de aversión. Cuando les dieron medicamentos contra la obesidad, los animales redujeron la ingesta de alimentos "incluso cuando la vía de aversión fue inhibida". Es decir, que funcionan, cuando está "apagado" el inductor del vómito.
Este hallazgo sugiere que es posible evolucionar los dos medicamentos contra la obesidad hacia mejores compuestos que no causen náuseas si se apunta a las neuronas en el núcleo del tracto solitario. De hecho, este trabajo, explican, "podría aplicarse a otros medicamentos con los mismos efectos secundarios".
Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...