Es más efecto huida que de llamada

Qué poco se acuerda Feijóo de su condición de gallego. Si la semana pasada hubiera pensado un solo momento en todos los que desde su tierra se vieron forzados a irse no habría emitido un discurso tan falto de empatía con los menores inmigrantes. Olvidar la propia historia de desplazamientos forzosos es fácil cuando creemos que ese peligro ya no nos afecta, que nosotros nada tenemos que ver con esos ‘otros’ que llegan arriesgándolo todo.

La preocupación tanto de Vox como del PP no es, por supuesto, el bienestar de unos chavales tan parecidos a Lamine Yamal y el presidente del PP repitió el mantra del efecto llamada. Ni él ni sus socios se dan cuenta de que lo que empuja a esos chicos a jugarse la vida tirándose al océano en rudimentarias barcas es la desesperación, que son la guerra y la miseria lo que los expulsa de sus propios países.

Es el efecto huida lo que los propulsa a tierras de paz y oportunidades, no las medidas que se puedan tomar en España para gestionar su llegada. Negar esto es inútil y absurdo, la inmigración es una realidad constitutiva del mundo en el que vivimos. Quienes como Vox se niegan a aceptarlo ¿qué proponen? ¿Que los dejemos morir en el mar? ¿Que hundamos los cayucos? Por no hablar de las ocurrencias colonialistas de mandar la armada a otros países en un ramalazo que recuerda tiempos pasados. La realidad son también los convenios internacionales, las leyes que hay que respetar y los derechos humanos. Si pretenden saltarse todo esto que lo digan y dejen de frivolizar con un asunto tan serio.