Tesh Sidi: "Yo fui menor ilegal tres años en España. Gracias a la acogida, ahora comparto escaño con Vox. Justicia poética"

Madrid

Tesh Sidi es diputada de Sumar y es su segunda entrevista en Hora 25. La primera, cuando publicó un tuit de apoyo al pueblo palestino. Ese mensaje en la red social sirvió a la oposición para decir que entre los diputados que apoyan al Gobierno había gente que respaldaba el terrorismo de Hamás. Nueve meses después, vuelve. Esta vez, porque Aimar Bretos escuchó la entrevista de Aritz Duran y José Rublo en el podcast 'Desmontando el Show', en la que la diputada de Sumar reconocía que tenía una espinita clavada. Esa espina clavada era haber venido a Hora25 a justificar su tuit y no a hablar del resto de asuntos que le llevaron a la política.

Sidi se estrenó como diputada después de las elecciones del 23 de julio; cumple ahora un año en la política institucional. "Recuerdo ese día como algo emocionante", explica la primera diputada de origen saharaui. El tiempo dio la razón a su madre de acogida que, cuando ella era pequeña, le decía que tenía que ser "política" o "abogada", porque le gustaba tener la última palabra. Ahora, ocupa un escaño, después de haber sido "menor ilegal durante tres años". Consiguió la nacionalidad en 2022 y acabó votándose a sí misma la primera vez que pudo hacerlo en España. Tesh Sidi recuerda que ella fue "menor ilegal" durante tres años y "gracias a la acogida", ahora comparte escaño con Vox. Esa situación es, para ella, "justicia poética".

Sidi nació en un campo de refugiados saharahuis de Tinduf, vino a España con 12 años, estudió, se formó y trabajaba en un banco, como ingeniera, liderando un equipo de big data. Cuando le preguntan si le ha valido la pena dejar un puesto así por la política, no tiene dudas: "Es importante que las activistas estén dentro de la institución". Aunque siempre pensó que serían sus hijos los que ocuparan puestos en las instituciones públicas, finalmente el tiempo ha jugado a su favor y ella consiguió el escaño. Ahora, después de un año como diputada, se queda con la enseñanza de un compañero que le dijo que "el arte de la política es mantener la antorcha encendida". Su objetivo a medio plazo es seguir aterrizando "los derechos humanos en la política", porque, según ella, "se encapsulan los colectivos", como si no fueran "luchas de derechos humanos". Sidi, que vive en un piso compartido, cree que el derecho a la vivienda le afecta igual que a otros ciudadanos, independientemente de sus circunstancias.