Ya no nos falta "finezza"
Por supuesto que en el fútbol sigue haciendo falta eso tan cañí que llamamos garra. Pero es una lección para la vida el pensar que la belleza marca goles
Ignacio Peyró: "Ya no nos falta 'finezza'"
Madrid
Decimos que eso de los caracteres nacionales es un invento, sí, pero algo de razón tienen si pensamos en hipótesis tan fantasiosas como un francés simpático, un argentino modesto, un alemán elegante o, ya lo lamento, un español ambiguo.
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Bromas aparte, a los españoles siempre nos ha escocido un poco aquella sentencia de Giulio Andreotti según la cual nos falta finezza. Nuestro propio vocabulario así parecería indicarlo. Somos gente de honor y pundonor. De arreón y de embestida. De partirse el pecho y de ir de cara. La sinuosidad, la veladura o el meandro no serían lo nuestro. Entre la honra y los barcos lo tenemos muy claro. Nos gusta más, en fin, el sable toledano que la daga florentina.
En ningún lugar era esto más visible que en el fútbol. La selección era el sinónimo de una épica que con frecuencia terminaba en agonía o de una tragedia súbitamente amanecida en gozo. Éramos remontada a veces y a veces bochorno. Pero siempre éramos la furia.
Es curioso el cambio habido de unos años a esta parte. Cómo hemos pasado del empuje a la filigrana pasando por el tiqui-taca. Uno ve a nuestros jugadores de hoy y piensa que un Salinas o un Camacho estarían tan desubicados como un astronauta en un ballet. Por supuesto que en el fútbol sigue haciendo falta eso tan cañí que llamamos garra. Pero es una lección para la vida el pensar que la belleza marca goles.