El periodista Jordi Évole ha dedicado este sábado una columna en La Vanguardia al nivel de la estrella del fútbol español, Lamine Yamal. El delantero de La Roja está a punto de convertirse en el jugador más joven de la historia en disputar una final de Eurocopa de la UEFA. Yamal ya se ha dado a conocer en la escena mundial, protagonizando una serie de impresionantes exhibiciones y estableciendo varios récords por el camino como el de goleador y jugador más joven de la competición, todo ello con tan solo 16 años. Durante este espacio, no ha dudado en comparar al prometedor joven con los Estopa, David y José Muñoz. Tras comentar el «momentazo» que vivieron los asistentes a un concierto de los hermanos en Barcelona, al versionar una conocida canción con el nombre de Lamine Yamal, el comunicador ha asegurado que estos referentes son «los fenómenos que más consenso provocan en un país más acostumbrado al desacuerdo que al acuerdo». Ha explicado que en ambos casos «no les han regalado nada, por mucha suerte que hayan podido tener, que evidentemente la han tenido». «No son representativos: sus casos de éxito son únicos entre millones». Asegura que los tres tienen conciencia de clase y que saben lo que es «venir de abajo y se sienten orgullosos de ello. Lamine celebra los goles componiendo el 304 con los dedos, el código postal de su barrio de Mataró, Rocafonda. David y José se han inventado una escenografía para su macroconcierto en la que se respira Cornellà y Sant Ildefons por todos sus poros». Por este motivo, Jordi Évole cree que «los quieren y tanta gente se identifica con ellos». El periodista cree que «la mezcla es más genuina que la pureza» y ellos gustan porque son personas auténticas, «uno de los adjetivos más deseados en una sociedad de la apariencia de la que pasan». Durante la columna defiende que «actúan sin guion, sin filtros, como les sale». Después de la clasificación de España a la final de la Eurocopa 2024, Évole ha comentado que los jugadores Lamine y Nico Williams son dos extremos que «no nos tensan, no nos crispan» y «nos reconcilian con nuestro país». Con motivo de que durante esta semana la extrema derecha ha roto lazos porque no aceptaban repartir entre las comunidades autónomas a 374 menores inmigrantes llegados a zona canaria, ha sentenciado que «si el fútbol, además de entretenimiento global, sirve para concienciar de que el problema no es la inmigración, sino la desigualdad, la brecha entre pobres y ricos, bienvenido sea».