Pogacar da otro estocazo a Vingegaard y sentencia el Tour en Plateau de Beille
El esloveno consigue una nueva victoria de etapa en Pirineos y supera por más de 3 minutos a Vingegaard
En un escenario simbólico donde Pantani cimentó su doblete Giro-Tour, en Plateau de Beille, el esloveno Tadej Pogacar sentenció el Tour de Francia con otra exhibición que le permite acercar a su palmarés la misma hazaña que aquel "pirata italiano". Rey indiscutible de los Pirineos, Pogacar (Klanec, 25 años) firmó otra de sus exhibiciones en solitario, fulminando de lejos a Vingegaard, impotente ante su rival. El maillot amarillo, poderoso, levantó los brazos con un tiempo de 5h.13.53, a una media de 37,8 km/h
Victoría número 14 de Pogacar en el Tour, la número 80 de su palmarés, la décima pirenaica y con final en alto, y de propina el récord del ascenso a Plateau de Beille con 39.50 minutos, superando el anterior de Pantani. Una premonición ante su inminente doblete. Esos números asustan. Esa nueva hazaña reventó el Tour. Le endosó 1.09 minutos a Vingegaard, 2.51 a Evenepoel, 3.54 a Mikel Landa, 4.43 a Almeida y 5.09 a Carlos Rodríguez, quien dio la de arena y se alejó aún más del podio.
Pogacar, inexpugnable en la decimoquinta etapa del Tour de Francia que bajó la calima se disputó entre Loudenvielle y Plateau de Beille, con un recorrido de 197,7 km, se puede ir a disfrutar de la jornada de descanso con un colchón formidable. Tiene a Vingegaard a 3.09, a Evenepoel a 5.19, quinto es Landa a 11.21 y Rodríguez sexto a 11.33. Salvo imprevistos, Pantani tiene sucesor en el doblete. "Nunca hubiese imaginado este desenlace. He sufrido mucho con el calor. Me gustan los Pirineos, y a los Pirineos les gusto yo. Visma ha controlado todo el día, pusieron un ritmo fuerte, pero no estuve preocupado. En la ultima subida iba al límite, pero vi que Jonas pero sufría también, y cuando intentó dejarme no pudo y pasé al ataque", resumió Pogacar.
Enric Mas protagonista en la fuga del día
Segundo asalto sin respiro en Pirineos en el día de la Fiesta Nacional francesa, un 14 de julio animado con una de las etapas claves de la presente edición, con 5 puertos, 5.071 metros de desnivel total y un final en alto que prometía batalla entre los hombres de la general.
De aperitivo, y a balón parado, el Col de Peyresourde (1a, 7 km al 7.8%), donde el pelotón ya saltó por los aires con múltiples ataques. En la fuga inicial Oier Lazkano, quien coronó por detrás del francés Gaudu. Sin tregua, la pelea continuó hasta la formación de otra fuga de 17 hombres. En ésta, Movistar metió a Enric Mas, Aranburu y Romo.
Un grupo interesante, pero con un mundo por delante. Movistar tomó la iniciativa con una mayoría absoluta en la expedición que se consolidó en el ascenso al Col de Menté (1a, 9.4 km al 8.6 %), coronado por el toledano Javier Romo, anticipándose al campeón olímpico Richard Carapaz.
Col de Menté. Deletrear este puerto lleva al recuerdo de aquella caída de Luis Ocaña en 1971 yendo de amarillo, en plena tormenta de verano, lo que le costó al conquense el Tour en favor de su azote de la época, el Canibal Eddy Merckx. Por esta cima, y este año el pelotón del soñador Tadej Pogacar pasó bajo control del Visma de Vingegaard a 1.35 minutos.
Se mantuvieron las diferencias en la corona del Portet D'Aspet (1a, 4,4 km al 9,7), donde el eterno fugitivo noruego Jonas Johannessen se anticipó a Romo. Otro puerto de triste recuerdo. El italiano Fabio Casartelli, campeón olímpico en pista sufrió una caída letal que le costó la vida. Fue un 18 de julio de 1995. Desde entonces un monumento recuerda al ciclista transalpino.
A 78 de meta el grupo de cabeza se partió en 2 camino del Col D'Agnes (1a, 10,1 km al 8,1). Delante Movistar seguía con la opción de Mas, ya que Romo se acomodó en el pelotón. Junto al balear, inadvertido en el Tour, se unió a De Plus, Healy y Carapaz. En el sector de favoritos quedaban 17 corredores, que rodaba a 3.45 a pie de puerto, UAE y Visma se marcaban en espera del ascenso final.
El Visma iba poniendo un ritmo alegre, endureciendo la etapa bajo una calima terrible, un tipo de escenario de desgaste en que Vingegaard y su equipo ya han puesto en apuros a Pogacar. Una baza a tener en cuenta en día clave, donde se trataba de evitar que la última semana sea un paseo triunfal del esloveno. Pero también de mucho riesgo.
Vinegegaard puro coraje, Pogacar toma nota
Restaba el ascenso de 15 km hasta el Plateau de Beille, reto interminable fuera de categoría al 7,8 por ciento de pendiente media, y nada menos que 1.250 metros de desnivel desde su inicio hasta la cumbre situada a 1.780 metros. En esa cima ganó Alberto Contador su primera etapa en el Tour 2007, año triunfal del corredor de Pinto, y Purito Rodríguez en 2015.
La fuga llegó a pie de puerto con 2.30 de renta, sentenciada porque los hombres de Vingegaard con Jorgenson al frente iban a toda máquina. Antes de claudicar a 9,3 de meta Enric Mas y Carapaz pegaron el manotazo del ahogado. Enseguida vieron pasar como centellas al dúo protagonista del Tour.
Jorgenson pasó el testigo a Vingegaard, quien con facilidad pasmosa aceleró para despegarse de todos los rivales, menos de Pogacar, quien se soldó a rueda del defensor del título. Comenzó un duelo de altura, los dos titanes del Tour codo con codo, cada uno con sus cartas, con su orgullo, con sus fuerzas. Rodríguez, descolgado, ya tenía en ese momentos opciones de quitar a Almeida la cuarta plaza.
Pogacar sentencia el Tour
La ambición de Vingegaard quedó desnuda a 5,3 km de la cima. El danés le lanzó un órdago al esloveno y éste otro más atrevido cuando vio que no tenía fuerza, que iba de farol. El maillot amarillo vio síntomas claros de debilidad y despegó como un tiro, directo a meta, sin respuesta de un rival que quiso subirse a las barbas del líder y terminó trasquilado.
Monologo hasta el final. Pogacar desplegó la alfombra roja para la última semana. Más de 3 minutos sobre Vingegaard, y ese golpe moral, de autoridad, le deja al chico de Klanec a las puertas de su tercer Tour, y de ese doblete soñado. Plateau de Beille no miente, quien allí gana, se lleva el Tour. Después de las dos jornadas pirenaicas el Tour de Francia disfrutará en Gruissan, en la costa mediterránea del sur francés de su segunda jornada de descanso. La actividad volverá el martes con la decimosexta etapa entre dicha localidad y Nîmes, jornada para los esprinters de 188,6 km.