The Killers ponen el broche final a un impecable Mad Cool
La banda estadounidense ofreció un concierto lleno de energía y nostalgia que olvidó los malos momentos de Avril Lavigne
Por fin una edición del Mad Cool sin colas, sin aglomeraciones y donde la música ha estado en el centro. El festival se consolida con una edición que hay ido oscilando entre los viejos rockeros y estrellas del momento, en jornadas donde han brillado Dua Lipa, Perl Jam o Maneskin, para acabar el subidón de concierto que ofrecieron The Killers este sábado. Había algo de nostalgia en la vuelta a Madrid de Brando Flowers y el resto de la banda, ataviado con un traje excéntrico, con su tupé y esa sonrisa que recuerda a los galanes del Hollywood clásico. Más de 50.000 personas se agolparon en el escenario para ir coreando los temas del grupo que había preparado un set list impecable, de esos que no dan pie a que el rimo decaiga.
Lo cierto es que sin un disco reciente que tocar, la banda fue colocando sus éxitos: My Own Soul's Warning, Read my mind, For reasons Unknown, All The Thing That I've Done con esa repetida frase coreada por la multitud de I've Got Soul, But I'm Not a Soldier (Tengo alma, pero no soy un soldado). Para acabar, tras un cambio de chaqueta incluido, y mucho diálogo con el público, con ese temazo ya transversal que es Mr Brighside. Acompañado con un trío de coristas, con el resto de músicos, el show traía reminiscenscias de otra época, pero la nostalgia, en este caso, no fue mala. Al contrario. La banda conoce sus debilidades y busca potenciar otras cosas, como el carisma del cantante, más allá de su voz, y la conexión con la gente. De ahí que subieran al escenario a un espontáneo, Daniel, de Madrid, que pedía en una pancarta tocar la batería junto a The Killers. Algo que suelen hacer en cada uno de los conciertos de esta última gira. Por cierto, el espectáculo incluyó también una versión de A Little Respect de Erasure. La puesta en escena, con referencias a Moulin Rouge, añadió un toque teatral y elegante al concierto.
La nostalgia y el buen hacer de The Killers han contrastado con Avril Lavigne, otro de los regresos que proponía el Mad Cool este año. La artista canadiense, que saltó a la fama hace un par de décadas por unir pop y punk americano siendo bastante joven, no ha envejecido tan bien como la banda de Flowers. "¡Es genial estar de vuelta! ¡Os quiero mucho!", decía en el escenario, con los más de 30 grados madrileños y su capucha bien puesta. Cantó sus hits, Girlfriend y Conplicated, pero a diferencia de The Killers el carisma de la joven Avril Lavigne ya no era tal, y lo que era original de una joven que se abría al punk, ahora parecía algo bastante raro.
Sin embargo, los que han dado la alternativa a la canadiense han sido los británicos Bring Me The Horizon, una banda de rock metal que mostró un show atrevido, original y lleno de energía, con el cantante que pasó más tiempo corriendo bajo el escenario que arriba. Lo cierto es que este ha sido el único concierto con retraso, quizá porque todavía era de día para que se vieran los visuales que la banda despliega entre fuego, confeti y gritos. Canciones como Kingslayer y Throne destacaron en su repertorio, mostrando su habilidad para combinar melodía y agresividad en una mezcla única.
Destacar también dos actuaciones, la de Arlo Parks, impecable a pesar de los calores, y la de The Kooks, de nuevo la nostalgia. Con canciones como Naive, She Moves in Her Own Way y Junk of the Heart (Happy), los británicos lograron conectar con el público, que no dejó de bailar y cantar durante toda su actuación. La banda británica ponía punto final a un certamen, como decimos, que ha acertado con la organización, el espacio y la seguridad, y que ha reunido en sus cuatro jornadas a unas 220.000 personas del tope 232.000 posible, tras haber disfrutado de actuaciones de figuras como Dua Lipa, The Smashing Pumpkins, Pearl Jam, Sum 41 o Maneskin.
Pepa Blanes
Es jefa de Cultura de la Cadena SER. Licenciada en Periodismo por la UCM y Máster en Análisis Sociocultural...