La doble estrategia del PP con Vox: guerra con Abascal y tender puentes en los territorios
Algunos barones del PP ya han trasladado a los presidentes ultras de sus parlamentos autonómicos que no maniobrarán para destituirles. A excepción de la balear Marga Prohens, el resto de barones populares apuestan por la continuidad de los presidentes de las Cortes de Vox
El Partido Popular despliega una estrategia de dos caras para enfrentar la situación que se abre tras la salida de Vox de los gobiernos autonómicos: una "guerra" contra la dirección nacional de Vox, con el objetivo de desgastar a su líder, Santiago Abascal, y una política de "guante blanco" a nivel territorial para asegurar la gobernabilidad en las cinco comunidades donde el PP se prepara para gobernar en minoría.
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En un contexto de incertidumbre sobre quién ejerce ahora el control efectivo dentro de Vox en los distintos territorios, las máximas autoridades de las comunidades autónomas, los presidentes de las Cortes, han emergido como figuras clave. Y el PP está dispuesto a utilizarlo para seguir abriendo brecha en la formación de Abascal que ya ha sufrido varias deserciones tras el anuncio de ruptura. "Después de la salida de los vicepresidentes, nadie sabe bien quién es la referencia de Vox así que mejor no ir al choque con los que quedan, mejor cooptarlos", asegura un destacado barón popular.
Son cuatro los presidentes de parlamentos autonómicos de Vox: Marta Fernández, presidenta de las Cortes de Aragón; Llanos Massó, presidenta de Les Corts Valencianes; Carlos Pollán, presidente de las Cortes de Castilla y León; y Gabriel Le Senne, presidente del Parlament de les Illes Balears. De todos ellos el único que realmente está en la cuerda floja es Lessene, primero porque el reglamento allí contempla un proceso de "remoción del cargo," con el cual Marga Prohens ha amenazado al todavía presidente del Parlament si no renuncia. Y segundo, porque el grupo de Vox en Baleares está profundamente fracturado por lo que la destitución no tendría que implicar automáticamente la pérdida del apoyo parlamentario de todos los diputados de Vox.
La situación es distinta en territorios como Castilla y León, Aragón y Comunidad Valenciana. Allí, no solo la dependencia aritmética de Vox es mayor, sino que los reglamentos no contemplan la posibilidad de destituir al presidente de las Cortes. Siempre cabría la reforma del reglamento con el apoyo de la izquierda, pero los barones del PP lo rechazan porque consideran que supondría una confrontación directa que podría arriesgar los apoyos de Vox en las votaciones. De hecho, según ha podido saber la Cadena SER, ya han habido barones del PP que han comunicado a los presidentes de sus parlamentos que no maniobrarán para destituirles.
Así Mañueco, Azcón y Mazón no se opondrán a la continuidad de los presidentes de los parlamentos, viendo en la colaboración con los presidentes de las Cortes una oportunidad para consolidar la gobernabilidad, aunque esto implique una aparente contradicción con la “guerra” abierta entre Génova y Vox a nivel nacional.
Mariela Rubio
Redactora de la sección de Política. Cubre la información del Partido Popular. Anteriormente fue redactora...