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'Las fieras', de Clara Usón: mujeres en una violencia vasca transversal

La escritora repasa la historia de Idoia López Riaño, una de las terroristas más mediáticas de la época de conflicto, y de Miren, una adolescente cualquiera cuya familia tiene relación con los GAL

Club de Cultura | 'Las fieras', de Clara Usón: mujeres en una violencia vasca transversal

Madrid

Una generación entera está empezando a olvidar lo que sucedió en el País Vasco durante las décadas de violencia de ETA y la guerra con el Estado español y las Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL). Idoia López Riaño fue una terrorista de ETA condenada por el asesinato de 23 personas. Conocida como La Tigresa, su vida tiene más matices de los que parece. Ser una mujer dentro de un ejército de liberación, sus prácticas para conseguir información o la manera de proceder con las víctimas son narradas en 'Las fieras', la novela de Clara Usón. La escritora explica que la terrorista denunció, como muchas otras, el machismo en la organización: "para llegar hasta aquí he tenido que comportarme como un hombrecito".

En los micrófonos de A vivir, Clara Usón, Premio Nacional de la Crítica 2012, explica su historia y la de Miren, una joven adolescente en un entorno impregnado por la presencia de su padre en las inadmisibles prácticas de los GAL, contando ella con un gran protagonismo en la novela. Explica que, de la misma manera que estamos pidiendo a Bildu ser tajante con la violencia, también es necesario que la otra parte reconozca las prácticas que llevaron a cabo.

Una adolescente que, ahora, choca con la imagen de la generación actual. Con el fin de la actividad de ETA, el dolor dejó paso al olvido para que la ciudadanía vasca se abrazase de nuevo, pero la generación que ha crecido en este silencio no conoce la historia más reciente de su autonomía. Clara habla de que "el poder da miedo" y que, por eso, no se ha escrito todavía mucha información sobre los GAL y sus prácticas. Con el fin de ETA, ahora un poco más porque "ETA también daba mucho miedo".

El miedo a que la violencia y la incertidumbre no recalen en una lección está presente en los expertos e historiadores. La falta de consenso por la narrativa histórica son el obstáculo más importante. Muchos no ven al grupo terrorista como vencido sino como retirado, todavía se reclaman muchas responsabilidades de los organismos estatales encargados de las investigaciones y se alegan torturas y violencia a los encarcelados del grupo para conseguir información. La guerra sucia entre los GAL y ETA se convierte en reclamo para aquellos que luchan por la equidistancia a la hora de narrar los hechos.

Durante los 12 años siguientes hasta ahora, en los colegios vascos no se ha explicado la historia terrorista por la lucha de la independencia de Euskal Herria. Con su novela, se pretende plasmar parte de la historia que poco a poco se desvanece. Volver a traer al debate qué sucedió en aquellos años donde todos parecían contrincantes. Y crear puentes para que los abrazos no sean sobre el olvido sino sobre el recuerdo de la historia de un pueblo que ahora llora menos que antes.