"No sentía culpa, pero sí miedo al juicio ajeno": más del 90% de las víctimas de agresiones sexuales no se atreven a denunciar

Madrid

Carolina tenía 52 años cuando "se le paró la vida". Una noche de abril de 2022, en un bar del centro de Madrid, conoció a un hombre que le pidió que le enseñara una colección de arte que gestionaba. Cuando se quedó a solas con él la agredió sexualmente hasta el punto de pensar que no podría salir viva de allí.

En su caso, la decisión de denunciar la tomó la Policía, de oficio, pero asegura que "hubiera dado el paso igualmente". Ir a terapia le costó más, pero el asesoramiento del centro de asistencia social de Madrid le ayudó. "He conseguido no recuperar mi vida de antes, porque he asumido que eso no va a pasar, pero sí una vida digna", cuenta esta mujer, que explica que sin la red de apoyo le habría resultado imposible seguir adelante con la denuncia. "Cosas que eran muy pequeñas a mí se me hacían un mundo", explica, y recuerda cómo entrar en la consulta del psiquiatra o avanzar en el proceso judicial contra el agresor fue muy duro para ella.

El mayor peligro no está en la calle

Lucía tenía 12 años cuando el marido de su madre empezó a agredirla sexualmente. Ella lo contó pero el agresor convenció a su madre de que lo que contaba la niña "era un paripé". Ahora, con 27 años, recuerda cómo paso su adolescencia sufriendo agresiones continuas hasta que no aguantó más. "A los 17 años le di a elegir a mi madre entre su marido y yo y, afortunadamente, terminó creyéndome y ayudándome a huir de esa casa", relata.

Sin embargo, el valor para denunciar tardó aún más en llegar. En 2020, esta mujer, que ahora es trabajadora social, se lanzó a temía que no la creyeran. "Pensaba que la justicia no me iba a creer y más después de que hubieran pasado tantos años", cuenta.

"La parte de la culpa no me ha pesado pero sí he sentido el juicio ajeno".

El temor al juicio ajeno frena que la mayoría de las mujeres lleguen a interponer una demanda. Según los datos recopilados por el Ministerio de Igualdad en 2019, en nuestro país solo se denuncian el 8% de la violencias sexuales, por lo que existe más de un 90% que quedan impunes. Según ese estudio, la principal razón por la que no se denuncia es por vergüenza (40,3%).

"Cuando una mujer se siente creída y ve que no está sola en el proceso, denuncia", explica Victoria Carbajal, coordinadora del Centro de Crisis para víctimas de agresiones sexuales de Asturias. Desde su apertura, a finales de 2020, han atendido a alrededor de 1.000 personas, entre víctimas y familiares. Cerca de 140 de esas personas eran menores de edad. En Madrid hay dos más, el Centro de crisis 24h contra la violencia sexual Pilar Estébanez y el Centro de atención integral contra la violencia sexual Benita Pastrana. En total, se han abierto en España 10 de los 52 previstos por la Ley de libertad sexual, o ley del ‘solo sí es sí’.