Carolina Giraldo Navarro (Colombia, 33 años), más conocida como Karol G, es todo un referente en la industria del reggaetón y la música urbana, géneros dominados en su mayoría por artistas masculinos. Tanto es así que la artista acumula casi 56 millones de oyentes mensuales en Spotify, Ahora está en plena gira para presentar su álbum «Mañana será bonito», con el que ganó en febrero el Grammy al mejor álbum de música urbana. Este sábado ha sido su primer concierto en Madrid, en el estadio Santiago Bernabéu, que llenará también los próximos días, hasta el 23 de julio. La colombiana bate así un récord: Es la primera artista en llenar el Bernabéu durante 4 días consecutivos, vendiendo más de 250MIL entradas que se agotaron en cuestión de minutos. El concierto empezó con uno de sus mayores éxitos sacado en 2023, TQG (Te quedó grande), junto a Shakira. Aunque no son pocas las colaboraciones que la colombiana tiene junto a grandes estrellas del mundo de la música: Tusa, con Nicky Minaj; Mami, con Becky G o Qlona con Peso Pluma. Canciones que llevan su sello personal, el de la “bichota”. Palabara con la Karol G se identifica como una mujer segura de sí misma, sexy, empoderada y fuerte. Tras dos horas y media subida en el escenario y con la bandera española, Karol G despedía su concierto dando las gracias a todos los asistentes : “Yo soy una niña de su casa, que algún día soñó algo y se le dio; ¡No dejen de soñar porque es posible!. Como se ha visto, lidera una masa ampliamente femenina que ve en ella a un referente, un 70% del público que ha comprado entrada según Ticketmaster, así como mucho colectivo LGTBIQ+, con el que se ha comprometido públicamente, como cuando organizó su propia carroza en el Orgullo de 2022. De la misma forma ha llevado a los hechos su apuesta por el empoderamiento femenino en esta gira, en la que la acompañan no solo cinco músicas a los instrumentos, con una pequeña sección de viento metal, sino también una quincena de bailarinas con las que compone reclamos muy poderosos de Gobierno para «las mamasotas». Muy puntual ha iniciado su fábula para los madrileños sobre una sirena que acaba con el «corazón congelado», algo difícilmente trasladable a un Madrid de finales de julio, en plena ola de calor fuera y dentro de este estadio con la cúpula cerrada para aminorar las quejas de los vecinos, lo que lo convierte en un horno, no solo por el fervor de los asistentes.