La felicidad, impuestos y salud mental
Los españoles son felices y están muy cerca de la mejor vida posible. Quién lo diría, si muchas veces parece que sea el fin del mundo
La felicidad, impuestos y salud mental | La crónica de Sastre
Madrid
Ayer se publicó un estudio del CIS con un titular llamativo. Quizá lo vieron: los españoles son felices y están muy cerca de la mejor vida posible. Quién lo diría, si muchas veces parece que sea el fin del mundo. Y seguramente, en parte, lo parezca por las noticias que damos. Veamos. El 80% dice que es feliz. A la pregunta de qué podría ayudarle a ser aún más feliz, la respuesta más común es: mejorar la situación económica. Luego, mejorar la situación laboral o educativa. En Dinamarca, tienen un instituto que mide la felicidad y uno de sus analistas, el español Alejandro Cencerrado, colabora con nosotros este verano. Qué países son los más felices, le pregunté el martes.
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Me explicó que hay una relación directa entre bienestar y políticas públicas, que es algo que parece obvio y que a lo mejor hay que decir más. Y quizá sea naif o impropio ponerse a hablar de la felicidad en la radio a las ocho de la mañana. Pero está bien que nos preguntemos por el estado de ánimo y por la salud mental, que no es que alguien tenga estrés o ansiedad individual, sino la ansiedad que producen la precariedad, los salarios o el precio de la vivienda. Según el CIS, entre los 24 y 34 años es donde está el porcentaje más alto de gente que no se reconoce feliz en España. Este país en que el 80% dice que es feliz es también el país que toma más ansiolíticos y somníferos en el mundo. Asumimos el dato como si fuera lo normal. A lo mejor, la felicidad es algo serio, vinculado a las políticas, a la forma en que está organizada la vida y la sociedad y, quién lo iba a decir, sí también, algo que tiene que ver con los impuestos.
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