'Mortadelo y Filemón. París 2024': la última obra póstuma de Francisco Ibáñez

Madrid

Ibáñez siempre decía que la muerte le pillaría trabajando y cumplió firmemente con su palabra. Mortadelo y Filemón. París 2024 es la última entrega que veremos de este cómico dúo, al menos de parte de su autor original.

El cómic sobre las olimpiadas de París fue dibujado en los últimos meses de vida de Ibáñez y quedó incompleto. Los dibujos y las viñetas quedaron vacías y la editorial Bruguera ha decidido publicarlo respetando el trabajo del autor a modo de homenaje: sin modificar. La directora literaria de Bruguera, Isabel Sbert, ha compartido este jueves en La Ventana los detalles y las razones detrás de esta decisión. ¿Quién querría leer un cómic sin terminar?

Ibáñez y las Olimpiadas

La obra de Francisco Ibáñez siempre ha estado muy ligada al deporte, en específico a los Juegos Olímpicos. Mortadelo y Filemón no han faltado a una cita olímpica desde 1972. Isabel Sbert, que pudo conocerlo personalmente, lo explica: "Ibáñez era una persona muy conectada con la realidad y estaba siempre al día de todo. Los eventos deportivos le interesaban especialmente y las olimpiadas le daban mucho juego porque Mortadelo y Filemón tienen un humor muy patoso, de darse golpes, de caerse al suelo... Las olimpiadas son perfectas para ello".

Además del humor, el carácter heterogéneo e internacional de los Juegos Olímpicos permitían a Ibáñez darle mucha variedad gráfica a sus cómics. La cantidad de deportes diferentes, los viajes a distintos países, los tópicos, el folclore... Ibáñez se empapaba de todo ello para crear un enorme abanico de situaciones cómicas que resultaban en algunos de sus mejores números.

¿Por qué publicarlo inacabado?

"Para los coleccionistas este número inacabado póstumo es como un making-of", explica Isabel Sbert. Ibáñez siempre insistió en que no debía quedarse nada en el tintero, que toda su obra debía ser publicada aunque él muriera. Respetando la voluntad del autor, Bruguera ha decidido publicar el número de París 2024 sin alterarlo.

Esto permite, en palabras de la directora editorial, que el lector vea cómo Ibáñez trabajaba para crear sus obras desde cero: "Ibáñez siempre había sido muy pragmático en su forma de trabajo. Es muy íntimo poder ver el dibujo y el talento que tenía con 87 años. La grafía, la precisión, el movimiento... Esto es algo que nunca antes se había visto y no hay mejor homenaje que éste".