Ciencia y tecnología

Los perros pueden oler tu estrés y les afecta emocionalmente: estas son las consecuencias

Un estudio determina que los perros muestran comportamientos de lo más pesimistas tras oler el estrés humano

Un perro sobre una mesa. / Westend61

Madrid

La Universidad de Bristol ha publicado recientemente un estudio en su página web mediante el que confirma que los perros pueden oler el estrés humano. Y no solo eso, sino que este olor les afecta emocionalmente hasta el punto de que les lleva a mostrar comportamientos de lo más pesimistas. Para llegar a esta conclusión, el equipo de investigación liderado por el doctor Nicola Rooney reclutó a 18 parejas de perros y dueños para participar en una serie de pruebas en las que se analizarían las reacciones de los animales a distintos olores humanos. Todo ello para descubrir de qué manera afecta el estrés humano al aprendizaje y el estado emocional de los perros.

Más información

Los estudios realizados hasta la fecha en seres humanos sugieren que el olor de una persona estresada afecta de forma subconsciente a las emociones y las decisiones que toman los demás a su alrededor. Partiendo de esta base, los investigadores de la escuela de veterinaria de Bristol querían averiguar si los perros también experimentan cambios en su estado emocional y de aprendizaje en respuesta a los olores de estrés o relajación humanos. Tras reunir a estas 18 parejas, el equipo de investigación entrenó a los perros para enseñarles que su recipiente de comida contaría con una golosina en su interior siempre y cuando fuera situado en un lugar concreto de la habitación. De esta manera, cada vez que colocaban el comedero en cualquier otro sitio de la misma, estaría completamente vacío.

Así fue el experimento

Después de que los animales interiorizaran esta orden, los investigadores descubrieron que los animales acudían mucho más rápido a aquellos comederos situados en la posición de la golosina que los distribuidos por el resto de la habitación. Gracias a esta primera fase del experimento, los científicos establecieron como comportamiento 'optimista' aquel que se producía cuando el perro iba al comedero en el que había una golosina en su interior y como 'pesimista' el hecho de tener que levantarse para llegar a cualquier otra parte.

A continuación, los científicos realizaron este mismo experimento pero enfrentando a los animales a los olores de sus dueños. Durante esta segunda prueba, los dueños de los distintos perros seleccionados para el experimento pasaron de un estado relajado, en el que estuvieron escuchando paisajes sonoros, a un estado estresado a partir de una prueba aritmética compleja. Después de exponer al animal al olor del estrés humano, los investigadores descubrieron que los perros se acercaban más lento al plato que se encontraba en un lugar ambiguo en busca de comida.

Así les afecta el pesimismo humano

Mientras tanto, cuando los perros eran expuestos al estado relajado del ser humano, estos volvían a acercarse rápidamente hasta el cuenco de comida en busca de una posible golosina. Gracias a estos resultados, los investigadores sugieren que el olor del estrés humano puede provocar que los perros desarrollen comportamientos más pesimistas: "El olor del estrés puede haber reducido las expectativas de que haya comida en el comedero situado en la nueva ubicación".

Al mismo tiempo, los investigadores sugieren que esta respuesta "pesimista" refleja un estado emocional negativo y que podría ser una herramienta para conservar energía y evitar decepcionar a su humano en el futuro. Por lo tanto, el estudio llega a la conclusión que someter a un perro al estrés humano provoca que el animal tome decisiones más pesimistas como método para protegerse.

David Justo

(Astrabudua, 1991) Periodista especializado en...