Un experto en geopolítica ve lo que pasa en la ceremonia de los Juegos Olímpicos y su veredicto es claro: "Es un golpe bastante bajo"

Madrid

La ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos en París ha dividido a los espectadores entre los que creen que está siendo un gran espectáculo y los que se han quedado decepcionados con la organización. Es cierto que la lluvia no ha ayudado, pero también es verdad que la novedosa idea de que las delegaciones desfilen con barcos a lo largo del río Sena no ha salido del todo como esperaban.

Conseguir que el recorrido de 6 kilómetros por el río parisino no se hiciera pesado y se compenetrara bien con los diferentes espectáculos organizados para la ceremonia era un reto complicado. Los organizadores han dado más protagonismo a los artistas y las actuaciones preparadas que a los deportistas, que se han quedado un poco en segundo plano en la mastodóntica realización

La distancia entre barcos también ha dejado varios ratos muertos en la ceremonia que la realización olímpica ha rellenado con planos de la ciudad de París y de los diferentes espectáculos simultáneos organizados para la ceremonia. Muchos han calificado la organización como "pobre" y apuntan directamente a las autoridades francesas por no haber sido capaces de resolver mejor situaciones como la lluvia o por haber priorizado los shows antes que los atletas.

Para mucha gente, el hecho de que París haya dado una mala imagen en la ceremonia no es importante, pero no se debe olvidar que los Juegos Olímpicos son un evento que influye mucho en el demoninado 'poder blando' (Soft Power) de las naciones y algunos expertos han considerado que la pésima organización puede influir en la imagen que da Francia al resto del mundo..

"Mucha risa, pero hacer una ceremonia inaugural de unos Juegos Olímpicos de un nivel tan pobre es un golpe bastante bajo para un país. Esto es puro poder blando", ha escrito el periodista Emilio Ordiz, colaborador del medio de geopolítica 'El Orden Mundial', criticando el papel de Francia en la organización del evento. El corresponsal en Bruselas indica que "se esperaba mucho más" de Francia y quizás la ceremonia le pase factura internacionalmente

El director del medio especializado en Geopolítica, Fernando Arancón, ha destacado que las inauguraciones de los Juegos Olímpicos suelen ser una buena oportunidad para que un país proyecte la imagen que quiere potenciar de si mismo al resto del mundo. "La inauguración de los Juegos Olímpicos suele ser una mezcla de cómo el país se ve a sí mismo en el mundo y qué imagen quiere proyectar", ha comenzado indicando el graduado en Relaciones Internacionales.

"Pekín 2008 fue la consagración de China como potencia. Londres 2012 fue puro ‘soft power’ británico. París 2024 está siendo un bodrio", ha sentenciado Arancón sobre la ceremonia, a la que considera inferior a los espectaculares eventos de Pekín y Londres.