El motivo por el que las deportistas chinas se tapan el ombligo con un parche
Muchas culturas orientales lo consideran una puerta abierta a la entrada y salida de "energías" en nuestro cuerpo, pero no hay ningún estudio que lo apoye
Mientras veíamos como la española María Pérez conseguía la medalla de plata en la prueba femenina de los 20 kilómetros marcha en los Juegos Olímpicos de París 2024, nos hemos fijado en un detalle curioso de la ganadora del oro, la atleta china Jiayu Yang: ha competido con su ombligo cubierto por un esparadrapo.
La verdad es que no hay ninguna razón deportiva ni médica detrás. No hay estudio científico revisado por pares que sustente que esta práctica mejora el rendimiento deportivo. Y en principio, que sepamos, la atleta no tiene ninguna lesión en esta zona que le obligue a ponerse un apósito de este tipo.
La razón, sin embargo, entronca con el sistema de creencias chino y con costumbres milenarias que, en muchos casos, siguen respetándose en el país. En la medicina tradicional china, y en muchas filosofías orientales, el ombligo es considerado un punto crucial del cuerpo humano. Lo llaman el "palacio del espíritu" y lo consideran un centro energético vital porque es la primera parte del cuerpo que se forma en el inicio de la vida del ser humano.
Y lo más importante, siguiendo este sistema de creencias chino, muchos compatriotas de Jiayu Yang creen fervientemente que es "una puerta de entrada y salida de energías, tanto positivas como negativas".
Por tanto, tapar el ombligo con un esparadrapo se considera una medida para evitar que "las malas energías penetren en el cuerpo y para proteger nuestro Qi, o energía vital".
Para muchos deportistas chinos, taparse el ombligo es, también, una forma de honrar sus tradiciones y proteger su cuerpo. Por último, lo consideran importante para mantener la concentración y la tranquilidad mental durante la competición.
Javier Ruiz Martínez
Redactor de temas de sociedad, ciencia e innovación en la SER. Trabajo en el mejor trabajo del mundo:...