Internacional

Médicos sin Fronteras denuncia las restricciones en Cisjordania y su impacto en la salud física y mental de miles de palestinos

Muchos no pueden acceder a la atención médica ni a medicamentos, viviendo incluso confinados en algunas zonas

Tiendas cerradas por la ocupación militar en Hebrón, Cisjordania. Las restricciones de movimiento y el acoso de las autoridades israelíes a los palestinos, están afectando gravemente a su salud física y mental / Jorge Dastis (EFE)

Madrid

Un nuevo informe de Médicos sin Fronteras (MSF) detalla las restricciones para acceder a la atención médica, las lesiones físicas y traumas mentales de los palestinos que viven en Hebrón y alrededores, ciudad de Cisjordania ocupada por Israel.

Desde el 7 de octubre, la escalada de violencia en este territorio ha ido aumentando progresivamente, violencia que por otra parte ya existía antes del inicio del conflicto en Gaza, como había denunciado la Organización Mundial de la Salud. Sin embargo, desde hace meses, el Ministerio de Salud Palestino y varias ONGs, se han visto bloqueadas por barreras, controles de acceso y coches confiscados por las autoridades israelís, lo que no les permite llegar a pueblos remotos para tratar a los enfermos o para vacunar a los niños. MSF ha ampliado sus clínicas móviles, aunque solo han conseguido acceder a unas pocas poblaciones en un vehículo 4x4 atravesando campos de olivos.

Las clínicas del Ministerio de Salud se han visto obligadas a cerrar por los continuos ataques, las farmacias no tienen medicamentos por falta de financiación y las ambulancias con heridos muchas veces son bloqueadas. “En octubre, hubo un incidente justo afuera de la entrada del campo al Aroub, en la rotonda, un hombre recibió un disparo. Intentamos llegar a él con el ambulancia, pero estábamos bloqueados en la puerta (la puerta está a varios metros de la rotonda), contó a MSF un paramédico voluntario, "otra ambulancia de Beit Ummar intentó llegar al herido desde en la otra dirección pero también fue bloqueado. Lo dejaron desangrado durante una hora. Tal vez si hubiéramos llegado hasta él, podríamos haberlo salvado”.

Ante todo esto, son muchos los enfermos que retrasan sus tratamientos o directamente los interrumpen, poniendo en riesgo su vida; incluso cancelan su seguro médico y restringen su alimentación ante las graves dificultades económicas.

Una de las zonas más restringidas en el distrito H2, un distrito fuertemente blindado por el ejército israelí. A punta de pistola, obligan a los 39.000 palestinos que residen allí a no salir de sus casas si no es necesario, restringiendo los movimientos de entrada y salida de la zona que solo abre de 07.00 a 19.00, por lo que si hay alguna emergencia médica de noche, tienen que esperar hasta la mañana siguiente. No hay clínicas en funcionamiento y no salen a buscar medicamentos por miedo a que los maten. "Aquí no puedes enfermar, no está permitido", afirma Frederieke van Dongen, responsable de asuntos humanitarios de MSF.

La amenaza continua de violencia afecta también a la salud mental de la población. “Cada vez se acercan más y más. Siento como si se estuvieran acercando a mi casa. Siento miedo y ansiedad, incluso cuando duermo, nos despertamos con cada sonido", relata una mujer palestina. La mayoría de los pacientes de MSF muestran signos de ansiedad y estrés severo.

Las prácticas cada vez más violentas de las autoridades y el acoso de los colonos israelís, están empujando a cada vez más familias palestinas, a huir de sus casa, lo que equivale a un desplazamiento forzoso. Desde octubre de 2023, MSF ha ayudado a más de 1500 palestinos en Hebrón que tuvieron que irse de sus aldeas después de que demolieran sus casas y destruyeran sus pertenencias. "A pesar de sus responsabilidades como potencia ocupante, las autoridades de Israel no han cumplido sus obligaciones con el pueblo palestino", afirma Dongen.

 
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