A 48 horas de la sesión de investidura que, previsiblemente, convertirá a Salvador Illa en el nuevo president de la Generalitat, el todavía president Pere Aragonés ha comparecido po rúltima vez ante los medios para hacer balance de su gestión tras la última reunión del Govern en funciones. Aragonés, que tras el mal resultado de ERC en las elecciones de mayo anunció que dejaba la primera línea política, ha señalado que su principal objetivo, en estos últimos días, es garantizar el traspaso institucional. Preguntado por los periodistas, Pere Aragonés ha asegurado que espera que Carles Puigdemont no sea detenido, pero que, en todo caso, él no puede controlar lo que hace el líder de Junts, con quien ha hablado «en las últimas semanas, pero no en las últimas horas». Aragonés ha señalado que su gestión al frente de la Generalitat ha permitido «avanzar, dejar atrás la represión e incrementar el nivel de autogobierno de Cataluña», destacando que «los indultos y la ley de amnistía han sido fruto de esta negociación», aun siendo consciente de que «la amnistía tiene enemigos y que son muy poderosos». El president de la Generalitat ha reivindicado los avances en el plan de Rosalies, los acuerdos en materia de investigación o la propuesta de financiación singular, que supone «el paso más importante para la soberanía de Cataluña desde el restablecimiento de la Generalitat, tras el Franquismo», según ha dicho. Aragonés ha reconocido que «sigue pendiente la posibilidad de elegir libremente el futuro político de Cataluña», pero ha pedido «que nadie dude de que cada paso que dado ha ido orientado hacia la independencia de Cataluña». «Hoy tenemos más personal sanitario, educativo y de Mossos dEsquadra. Hemos llegado a acuerdos e incrementos presupuestarios para el estado del bienestar de más del 30%, también en materias como la justicia o los servicios penitenciarios. Hemos doblado el número de escuelas rurales, hemos llevado profesionales sanitarios a las zonas más despobladas y hemos ido extendiendo la fibra óptica», ha señalado. Aragonés también ha celebrado que Cataluña ha registrado «el paro más bajo de los últimos 15 años» y que se han recuperado las inversiones financieras. Resultados que, en su opinión, son consecuencia de una «apuesta por la política industrial como eje vertebrador», sin dejar de lado las políticas feministas, antirracistas y de defensa de la biodiversidad.