Gemma Parramón, psiquiatra: "Cuando consultas tratados o libros ves que la mujer está en población especial"

Madrid

España es el país que más benzodiacepinas consume del mundo. Las mujeres doblan a los hombres en el uso de este fármaco, que debe ser utilizado en periodos de tiempo cortos y que, mal usado, puede acarrear consecuencias negativas. Las diferencias entre géneros existen tanto biológica como psicosocialmente, pero son las segundas las que más se notan en la atención primaria, donde la falta de personal deriva en sobrediagnósticos y saturación de especialistas. Las mujeres acuden más a los centros especializados en salud mental que los hombres, que tienden a acudir cuando ya es demasiado tarde como así demuestran los mayores porcentajes de suicidios.

Gemma Parramón Puig es psiquiatra e investigadora del grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del Vall d'Hebrón. Ha centrado su estudio en las diferencias entre sexos y géneros en materia de salud mental. Observa una evolución paralela entre los diagnósticos en la actualidad y los avances sociales en materia de igualdad: "A medida que se igualan los roles entre hombres y mujeres, vemos que presentan patologías similares". Matiza, eso sí, que las mujeres presentan mucho más estrés por su función social que los hombres y que, a estos, se les ha castigado históricamente cuando se ha referido a alguna emoción, lo que ha aumentado su silencio y dolor.

Los roles de género influyen

La cuestión perinatal, aquella que sigue al nacimiento de los hijos, muestra un cambio entre la forma tradicional de crianza de los hijos y los cambios en los roles de género. Algunos especialistas, pese a no ser el hombre el que pare, hablan de "depresión paternal" además de a la "depresión postparto" que muchas mujeres sufren después de dar a luz. Muchas patologías no han sido analizadas desde el punto de vista femenino. Gemma Parramón explica que hay muchos tratados, libros y estudios donde las mujeres son situadas como "población especial" y que esto ha sucedido porque ellas han tardado en incorporarse a los equipos de estudio e investigación.

La falta de personal en atención primaria satura a los grupos de especialistas que no pueden hacer un seguimiento adecuado. Las diferentes jerarquías médicas están saturadas y deben solventar los problemas de la manera más rápida y eficaz posible, pero no siempre la mejor. Una de las causas es este alto consumo de benzodiacepinas. El cambio en la formación de los médicos no especialistas en materia de salud mental pretende mejorar este hecho. Por géneros, las mujeres consumen más que los hombres porque se expresan más que ellos y la prescripción es la solución más rápida. Los hombres, por su parte, tienden a remediarlo con alcohol, donde superan a las mujeres en consumo.

La atención femenina en consultas, con el trato con doctoras, a menudo tiene consecuencias positivas en el tratamiento con los pacientes. Gemma Parramón se basa en estudios y en su propia experiencia para explicar que las mujeres ven al paciente de una manera holística. Elaboran terapias diferentes y transversales donde se tienen cuenta otras características más allá de lo estrictamente farmacéutico: "Puedes prescribir el mejor fármaco del mercado, pero si no preguntas si esa persona se lo puede pagar, no sirve de nada."

Muchas enfermedades psiquiátricas mantienen el estigma

La estigmatización de la salud mental ha disminuido y es una noticia positiva para los equipos de médicos, psicólogos e investigadores que se dedican a ello. En la psiquiatría, eso sí, Gemma cree que existen todavía muchas enfermedades que permanecen con ese estigma y que, precisamente, son las que dificultan a los pacientes ir a las consultas. El miedo a que muchos pacientes que requieren de servicios psiquiátricos se queden sin ellos aumenta con esta situación y se agrava ante una saturación de los especialistas. La mejora en la formación de salud mental de la atención primaria por el aumento de la demanda y, especialmente, la contratación de más profesionales facilitaría que los psiquiatras pudiesen dedicarle el tiempo y el cuidado deseado a cada paciente.

El estudio del género y del sexo en la salud mental afecta a la atención que se da a los pacientes de salud mental, por lo que ya son numerosos investigadores los que forman sociedades que se centren en entender las diferencias de roles de género y sexo para adecuar las nuevas terapias.