¿Cómo evitar los incendios? La quema prescrita como receta de éxito para evitar los grandes fuegos
El fuego da un respiro a España este verano con 30.000 hectáreas calcinadas menos
¿Cómo evitar los incendios? La quema prescrita como receta de éxito para evitar los grandes fuegos
Madrid
El Gobierno ha presentado esta semana las cifras sobre la superficie quemada en España por los incendios. Hasta julio, se han quemado la mitad de la media de la última década. Este año el fuego en los bosques se ha reducido por las lluvias de la primavera y porque el calor extremo no ha llegado hasta bien entrado julio. Aun así, en estos meses se han quemado más de 30.000 hectáreas, una cifra que se explica por la falta de prevención. En países como Australia, practican desde hace décadas las quemas prescritas para evitar los grandes fuegos.
¿Qué es una quema prescrita?
"Las quemas prescritas son lo más parecido a una fórmula de éxito para hacer frente a los incendios. Consiste en quemar una zona para reducir su cantidad de combustible porque, al final, si tú coges una superficie y la dejas sin combustible, cuando llega un incendio no va a poder avanzar. Estas quemas, que se realizan en invierno, lo que te están haciendo es dificultar el avance del fuego cuando llega realmente un incendio grave”, explica Gustavo Colmena, técnico del programa de bosques de WWF.
Sin embargo, a pesar de que esta medida ya se practica en nuestro país, no se puede calificar como “receta de éxito en el caso de España”. Colmena afirma que la clave pasa por “reducir la siniestralidad”. “Cerca del 95% de los fuegos que se generan en España tienen un origen humano. Si nosotros conseguimos reducir esta siniestralidad, va a ser más difícil que tengamos incendios forestales de grandes magnitudes”, explica el portavoz de la organización.
La superficie quemada se ha reducido un 60% respecto a 2023
En nuestro país, la superficie quemada se ha reducido casi un 60 por ciento si lo comparamos con 2023. Es un dato positivo que, sin embargo, hay que mirar con lupa. Colmena cuenta que “a priori parece una buena noticia, pero que, por otro lado, hay que cogerlo con mucha cautela porque queda mucho verano por delante”. Añade que “la razón por la que no hemos tenido incendios tan graves como otros años” es que “hemos tenido una primavera muy lluviosa que ha generado más humedad en el monte”. Esta es la parte positiva, la parte negativa es el llamado efecto rebote. “Las lluvias han generado mucha biomasa, como ramitas pequeñitas. Lo que significa que si viene una sequía muy fuerte, habrá mucha masa seca que aumenta el riesgo de fuegos”, afirma Colmena. “Habría que esperar a ver cómo se desarrolla el verano para decidir realmente si hemos tenido un buen o mal año para los incendios forestales”, sentencia.
Pilar Díaz de Aguilar
Graduada en Derecho y Periodismo por la Universidad...