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María Garralón: "He pedido perdón a mis hijos por haberlos traído a un mundo que es una mierda"

La actriz, muy querida por sus papeles en 'Verano azul', 'Farmacia de Guardia' o 'Compañeros', regresa al Festival de Mérida con 'Ifigenia', la primera muerte violenta de una mujer en la literatura occidental

María Garralón: “He pedido perdón a mis hijos por haberlos traído a un mundo que es una mierda”

María Garralón: “He pedido perdón a mis hijos por haberlos traído a un mundo que es una mierda”

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Hay papeles que marcan una carrera artística para siempre, para bien y para mal. A María Garralón (Madrid, 71 años) ser Julia, la pintora de Verano azul, o María de la Encarnación, la agente de policía de Farmacia de Guardia, le han dado muchas alegrías y también varias frustraciones. Ser tan popular por encarnar a un personaje tan querido como los anteriores, le ha hecho perder algún otro papel. Inmediatamente el espectador la identifica con lo que tiene en su imaginario, hasta le dicen Julia o María de la Encarnación por la calle. "He tenido temporadas. He tenido temporadas de decir 'bueno, ya vale, ya está bien'. Pero ahora estoy en esa época de mi vida, desde hace mucho tiempo, en la que no me importa, porque estoy muy agradecida a Verano Azul por todas las cosas tan bonitas que me han pasado en la vida, sobre todo en mi vida personal", confiesa la actriz.

Es la misma sensación que compartía con nosotros hace un año Emma Ozores, que estrenaba El regalo de Zeus en Mérida. Las dos compartieron serie, Farmacia de Guardia, las dos agradecen haber formado parte de proyectos tan entrañables. Las dos han hecho mucho teatro y televisión, a la lista de María Garralón podemos sumar Compañeros o Menudo es mi padre, "la televisión es como mi casa", pero para ella el teatro es la base, sus orígenes, "como papá y mamá, donde realmente siento que hago personajes, que tengo que estudiar más y prepararme más", afirma.

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Garralón viene a presentarnos Ifigenia, el último estreno de la 70ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, una obra de Silvia Zarco y dirigida por Eva Romero. Es el mismo equipo que estaba detrás de Las suplicantes, con la que Garralón debutó en el Teatro Romano en 2021. María no había estado en ese foro ni de espectadora, así que el día del estreno le sobrecogió. "Yo salía por aquella rampa llena de humo, donde está la diosa Ceres, por el centro, y tenía que irme hasta la corbata, adelante. Y cuando llego allí, me veo la luna llena, arriba del todo del teatro, sobre ese mar de cabezas. No podía hablar, la emoción me podía. Además, la primera frase que yo decía es 'ya no soy madre, ha muerto mi hijo'. Ostrás, pensé que no lo iba a poder decir", recuerda la actriz emocionada.

¿Cómo es este equipo extremeño y mayoritariamente femenino con el que repites en Mérida, María?

Pues primero te voy a hablar de las de las tres mujeres que hacen posible todas estas cosas, que son Maribel Mesón, Silvia Zarco y Eva Romero. Ellas tres tienen un mundo interior tan potente, tan potente, que son capaces de hacer cualquier cosa. Son muy eruditas en el mundo del grecorromano y de todo esto, que yo no tengo ni idea, pero estoy aprendiendo muchísimo con ellas todos estos años. Y sobre todo el mundo de la mujer, que lo defienden a capa y espada. Porque la mujer ha estado siempre muy subyugada, en un segundo plano, cuando realmente ha sido la gran sufridora de la historia. Además, cuando se hacían cosas malas, siempre era por culpa de la mujer o la mujer era la culpable de esto. Y cuando la mujer pedía justicia o hacía justicia, se la juzgaba de una manera muy cruel, muy cruel. Y ha habido mucha muerte de mujeres, sigue habiéndola, por desgracia, de niñas. Y todo esto simplemente por el hecho de ser mujer. Ellas tres esto lo llevan por bandera, por todas, a defender a las mujeres de la historia y de las que vendrán.

La de Ifigenia es la primera muerte violenta de una mujer en la literatura occidental, hija de Agamenón y Clitemnestra, o criada por ellos es pedida en sacrificio a Agamenón, Juanjo Artero en esta obra. Decía Eva Romero que la obra indaga en la raíz de la violencia contra las niñas y las mujeres en el origen de la civilización occidental. "Seguimos un rastro de sangre desde el asesinato de Ifigenia, en el origen de la guerra de Troya, hasta el asesinato de Políxena en el final de la guerra de Troya". ¿Cómo es ese mapa de sacrificios y de violencia contra las mujeres que trazáis?

Porque la guerra la hacen los hombres. Y como premio presentan a las mujeres, aquí tienes su cabeza, aquí tienes su cuello, aquí tienes su sangre. Como una especie de premio al hombre que ha creado la guerra. Y a la mujer no se le da ningún valor. Ninguno. Da lo mismo. Hay una escena maravillosa entre Agamenón e Ifigenia, que es Laura Moreira, en la que le recrimina a su padre quiera matar a su hija. Y Agamenón, que es un cobardica, en el fondo es un tío cobarde, dice que ante todo hay que salvar la ciudad, porque si no, las consecuencias van a ser terribles. Y sacrifica a su hija. Es tremendo. Es tremendo. Ahora nos parecería imposible, pero si te fijas bien en la historia y en lo que está pasando ahí fuera, pues a lo mejor no hemos cambiado tanto y ni hemos aprendido tanto.

Cambiamos los relatos, pero tropezamos con la misma piedra.

Con la misma. No hemos aprendido nada. También es verdad que las religiones no han ayudado mucho y que los que mandan yo creo que están perdiendo la cabeza por momentos. Es decir, que en vez de ir para adelante, fijarte en la historia, vamos para atrás. Es decir, tú en tu casa, si tienes una habitación donde se crea moho, intentas arreglarlo. Si te vuelve a salir al año siguiente, pues lo vuelves a arreglar, hasta que picas la pared y vamos a quitar el moho ya de una vez, ¿no? Bueno, pues aquí no. Aquí se deja que el moho crezca y estamos en las mismas, se siguen matando mujeres, se siguen matando niñas, son esclavas, son esclavas sexuales... A mí me me produce una tristeza pensar que yo, y mi generación, me he pasado la vida intentando defender a las mujeres. Yo no soy muy feminista en ese sentido, no creo que seamos iguales. Tú eres un señor maravilloso, yo soy una señora, pero sí podemos hacer las mismas cosas, mi capacidad cerebral y de aprendizaje es igual o mejor que el tuyo. Creo que si entre hombres y mujeres lo hiciéramos bien, tendríamos un mundo maravilloso, pero es que todo es a destruir, todo es a destruir. Y es muy feo. Yo hace unos días pedí perdón a mis hijos. No es que yo me sienta muy responsable, creo que he vivido bastante consecuente con lo que pienso, pero les pedí perdón y les dije 'yo, cuando os parí, lo que quería era traeros a un mundo no feliz, porque es muy complicado, pero sí a un mundo bonito, fuera bonito para vosotros, que tuvierais oportunidades. Os pido perdón porque os voy a dejar un mundo que es una mierda, con perdón. Y no es lo que yo quería cuando decidí traeros al mundo'. Y es verdad. Yo creo que hay que pedir perdón a la gente que sois más jóvenes y que tenéis la vida por delante porque os dejamos un mundo horroroso.

Apuntaba también Eva Romero que "regresa impune el ejército hasta que las madres, las reinas de vencedores y vencidos, Hécuba y Clitemnestra, unidas por ese dolor, toman la palabra. Porque las manos de una madre hablan allí donde la justicia divina y humana se calla". Interpretas a Hécuba, una mujer que pasa de ser la reina de Troya a ser una esclava a la que matan a todos sus hijos. ¿Cómo es este personaje?

A ver, no es un personaje fácil ni es un personaje central de la función. Es la madre de los perdedores, por así decirlo, pero es un personaje con muchísima fuerza porque le han quitado todo en la vida. A ella la vida la juzgó, la juzga o la juzgará como una asesina a lo mejor. Pero tuvo muchísimos hijos y le mataron a todos. Políxena es la última que le queda y deciden sacrificarla para homenajear a Aquiles. Y Hécuba no puede más. Luego además aparece el cuerpo desmembrado de su hijo pequeño en la playa, que esto a lo mejor nos suena un poquito de ahora. Hécuba ya no puede más, ni la justicia divina ni la humana le vienen bien, tiene que hacer su propia justicia. Y así se convierte en un animal, pero sigue sin respuesta. ¿Por qué me han matado a todos mis hijos?, ¿cuál es el motivo, qué han ganado? A Hécuba ya no le importa la vida.

Cartel de &#039;Ifigenia&#039; en el Festival de Mérida

Cartel de 'Ifigenia' en el Festival de Mérida / Festival de Mérida

Laura Moreira, la actriz que interpreta a Ifigenia, también destacaba en esa rueda de prensa la sororidad de tantas mujeres que han dicho basta ya. Tú llevas varias décadas en la profesión y esta temporada todavía se han ido destapando algunos casos de abusos, de agresiones sexuales tanto en el mundo del cine como en el del teatro. ¿Tú has sido también víctima o testigo directo o indirecto de estos abusos en la profesión?

Yo he oído cosas que pasaban cuando el cine del destape, que se se abusaba un poquito de las mujeres. También es verdad que antes las normalizábamos de alguna manera. Con el paso del tiempo es ahora cuando digo anda, pues aquel que intentaba todo el rato tocarme el culo... pero en aquel momento yo, que era una niña jovencita que empezaba en esto, pues decía anda, estate quieto, qué pesado eres. Y ya está. A mí me parece muy bien que se denuncie cualquier cosa que sea un abuso, que tú te sientas mal, que te haga pequeñito, que estés incómodo en tu trabajo, en tu vida. Da igual que seas actriz o lo que sea, hay que denunciar, hay que denunciar. Es como cuando te pegan la primera bofetada en el matrimonio. La primera y ya no hay más, esto hay que denunciarlo.

Por lo que me comentas, imagino que te preocupa la negación de la violencia machista, los discursos de odio, la censura y que siga habiendo también en este país, como en Las suplicantes, quien reclame los cuerpos de sus muertos y se les niegue, que se derogan leyes de memoria histórica, que a María Garra le preocupa el auge de la extrema derecha.

Claro que me preocupa. Me preocupa muchísimo. Me preocupa muchísimo porque me parece que es una sinrazón. Es decir, a mí me parece muy bien que cada uno políticamente se sitúe donde más a gusto esté, pero hay cosas de sentido común en las que ya no me vale ser de derechas ni ser de izquierdas, me da lo mismo. ¿Cómo que no voy a desenterrar a mi abuelo y darle una sepultura? ¿Por qué?, ¿porque lo dices tú? Es que hay cosas que no hay ni que hablarlas, que no habría ni que hablarlas. Nos está fallando mucho el sentido común.

Ifigenia en griego significa mujer de raza fuerte. ¿Se considera María Garralón una actriz y una mujer de raza fuertes?

Pues la verdad que yo siempre he sido muy tímida y no soy fuerte hasta que no tengo que demostrar algo, que entonces de repente digo ¡madre mía, qué terremoto! María, baja un poco la pila porque me lanzo. Soy una mujer absolutamente calmada, procuro no tener problemas con nadie, intento hacer la vida fácil a los que me rodean y bueno, soy fuerte cuando creo que tengo que serlo.

 
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