El museo que puede visitarse con los ojos cerrados, pero para el que es necesario afinar uno de los sentidos

Madrid

En un pequeño pueblo de 150 habitantes en Burgos se encuentra el único museo de Europa dedicado al sentido del olfato. El Museo de los Aromas, ubicado en Santa Cruz de la Salceda, ofrece a sus visitantes una amplia gama de olores con los que despertar sus emociones y recuerdos más profundos.

El olfato es un pequeño mundo

"Es un museo creado para oler un total de 92 aromas" explica Adela Soler, guía del museo. "El espacio está muy bien organizado y vas haciendo un recorrido centrado en el sentido del olfato y cómo se desarrolla". El objetivo del museo, en palabras de Soler, es que la gente salga sabiendo la importancia del sentido del olfato.

Adela Soler apunta: "El recorrido del museo se podría hacer con los ojos cerrados. Lo hagas como lo hagas siempre vas a salir con algo nuevo que te llama la atención. El olfato es un pequeño mundo". Este pequeño mundo está fielmente representado en diversas salas que pretenden transmitir los olores de, por ejemplo, bosques, cocinas o habitaciones.

El aspecto que el visitante valora más a la hora de visitar el Museo de los Aromas es la libertad que se le brinda para explorar las salas e interactuar con ellas, tanto a nivel visual como olfativo. Los olores expuestos son afines a la vida cotidiana, evitando los olores exagerados o inusuales. Gracias a esto, "el público termina conociendo el valor del olfato en la vida diaria", explica la guía del museo.

La experiencia olfativa es una experiencia emocional

Entre tantos olores existe la posibilidad de que el sentido del olfato colapse, por lo que a la entrada se le brinda al visitante una bolsita de café para "resetear" el sentido y volver a disfrutar de la experiencia. Ana Ibáñez, neurocientífica, explica más detalles sobre el sentido del olfato: "Todo lo que sea acostumbrar a los receptores hace que ese estímulo se vuelva algo normal y que a tu cerebro ya no le sorprenda".

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Explica la doctora que el sentido del olfato está estrechamente relacionado con el placer y las emociones. "El cerebro se activa cuando reconocemos algo agradable, por lo que el olor provoca placer. La experiencia olfativa es principalmente una experiencia emocional ya que los sentidos están unidos con los sentimientos".

El olfato concretamente activa el cerebro de manera más eficiente que otros sentidos. "Los olores provocan que unas áreas específicas del cerebro conecten para crear sensaciones, emociones y recuerdos", afirma Ibáñez. El simple hecho de oler desencadena un proceso por el que la memoria se activa: "pueden utilizarse olores específicos para traer recuerdos concretos".

Este proceso está relacionado con el hipocampo, el lugar del cerebro en el que creamos las emociones y del que rescatamos las memorias emocionales. Esta parte del cerebro humano se activa especialmente a través del olfato. Las personas que han perdido el olfato o tienen la capacidad olfativa reducida se han visto emocionalmente afectadas. Concluye Ana Ibáñez que "sin olfato la vida está empobrecida, ya que privamos al cerebro del placer del olor y de muchos detalles de la vida".