La Ventana
Música

Daniel Doña: "Japón se ha convertido en la segunda patria del flamenco"

El coreógrafo granadino defiende a La Yunko, abucheada en el Festival de Las Minas, y asegura que las mujeres japonesas han encontrado en el flamenco un vehículo ideal para expresar las emociones (culturalmente) reprimidas

Daniel Doña: "Japón se ha convertido en la segunda patria del flamenco"

Madrid

El Festival Internacional del Cante de las Minas de la Unión, en Murcia, considerado como el concurso flamenco más importante de España, ha premiado este año a una bailaora japonesa, La Yunko, que al subir a recoger su premio tuvo que escuchar algunos pitidos. Algo insólito y nunca visto que, más allá de las posibles discrepancias con la decisión del jurado, genera dudas sobre si esos abucheos, en realidad, se debían más a su origen que a su arte.

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La Yunko lleva más de 20 años viviendo en Sevilla y se ha formado con grandes maestros, pero las redes se han llenado de comentarios xenófobos que, básicamente, daban por hecho que para entender el flamenco hay que ser español, lo cual deja sin opciones de ganar un premio tan prestigioso como este a cualquier persona de origen extranjero.

Pero lo cierto es que la relación entre Japón y el flamenco viene de lejos. Taketo y Akiko Tomoshige, los padres de la prestigiosa pastelera sevillana Noelia Tomoshige, decidieron instalarse en Andalucía movidos por su gran pasión.

"Una relación casi divina"

Una historia parecida a la de Yoichiro Yamada, un enamorado de la guitarra clásica al que le impactó tanto un concierto de Paco de Lucía que lo dejó todo para aprender flamenco en Madrid con el maestro Serranito. Pero las cosas no le acabaron de ir bien y, como explica David López Canales en el libro Tigre y Guitarra, no quiso volver a casa por una cuestión de orgullo familiar (era descendiente de una estirpe de samuráis) y una mañana apareció muerto en un banco de la Plaza de Oriente.

Una de las personas que más sabe de esa conexión entre el flamenco y Japón es Daniel Doña, un referente de la danza española que ha recibido numerosos premios y reconocimientos —el más reciente, el Premio Lorca al Mejor Espectáculo de Danza Flamenca 2023— y que, actualmente, cuenta con su propia compañía y dirige el espectáculo Ópera Prima, que se representa cada día en el Parque España de Shima (Japón).

"Yo soy de Granada, y a los 18 o 19 años, cuando ya llevaba años en tablaos y salas de fiesta, necesitaba salir de mi ciudad y tenía ganas de conocer otras culturas", explica en La Ventana. "Tuve la suerte de que me cogieran en una audición y ahí empezó una relación casi divina con un público que te hace sentir artista".

"No expresan sus sentimientos"

En su opinión, "Japón se ha convertido en la segunda patria del flamenco". Pero, ¿a qué se debe esa fuerte conexión? "En la cultura japonesa no expresan sus sentimientos, y con el flamenco han encontrado un vehículo para hacerlo, sobre todo las mujeres".

Según Doña, en Japón "cuentan con un avance tecnológico brutal, pero la palabra feminismo no la conocen, y el flamenco les permite expresarse, sonreír y ser libres". El mejor ejemplo es el de La Yunko, a la que ha querido defender públicamente. "Me han dolido mucho esos pitidos porque son muy injustos. Lo único que hizo fue presentarse a un concurso, dejarse el alma e invertir mucho dinero para pagar las dietas y las estancias de los músicos".

Al preguntarle si el flamenco sigue siendo demasiado purista, Doña responde que "el flamenco es plural, nunca ha sido puro". Una reflexión que le lleva a recordar que "lo que actualmente conocemos como flamenco fueron bailes de palillos o bailes de boleras".

De hecho, desde su punto de vista, "el flamenco es libre y, como cualquier arte, debe evolucionar". Algo a lo que han contribuido artistas tan criticados como Enrique Morente, Niño de Elche, Rosalía... o incluso el mismísimo Camarón.

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