Pepe Tesoro, filósofo: "El diablo es la teoría de la conspiración más antigua"

Madrid

Los tiempos de crisis son suelo fértil para que florezcan y se enraícen teorías de la conspiración. Aunque sea sencillo caer en la tentación de pensar que son explicaciones descabelladas de un mundo que cambia a toda marcha, el ensayo 'Los mismos malvados de siempre' del filósofo Pepe Tesoro busca los nexos que tienen estas teorías que, aunque parten de planteamientos catastrofistas, para quienes creen en ellas no dejan de ser una vía para buscar soluciones a problemas donde es difícil poner cara a los responsables.

Desde los mitos transmitidos de forma oral a los consensos científicos -que cambian conforme se desmienten hechos que en un momento dado se dieron por sentados- , las sociedades han intentado explicarse a sí mismas la conformación del mundo. Incluso ha muerto gente por intentar sacar a la luz conocimientos que han querido mantenerse ocultos a la mayoría, pero las teorías de la conspiración, tan amplias como quienes creen en su veracidad, "nos dan un relato cerrado sobre la realidad", explica Tesoro. Algunas, como el terraplanismo en apariencia, carecen de intencionalidad política y más bien sirven a las comunidades para "aportar un sentimiento de pertenencia o dar un propósito a tu vida a pesar de que el contenido de la conspiración sea lo último que te importe". Pero cuando se intenta explicar cómo se han estructurado a lo largo del tiempo, " las teorías de la conspiración son la combinación entre la intencionalidad y el plano oculto, casi que el diablo es la teoría de conspiración más antigua. Pero tal y como las entendemos hoy en día -y como yo intento explicar- son formas de explicar un cambio histórico cuando es muy violento".

Ideas sobre el origen alienígena de ciertas civilizaciones son un ejemplo de narrativas que intentan explicar la evolución de las civilizaciones, por ejemplo. Pero a veces hay teorías que funcionan como modificadoras directas de la historia. La toma del Capitolio en Washington bajo el argumento fundamentado en teorías de la conspiración de que el expresidente Donald Trump era el verdadero candidato electo en 2020 es uno de los casos recientes que tenemos para reflejar estos impactos.

Tras investigar en diversas teorías de la conspiración, siempre trágicas y pesimistas, Tesoro dice que ”La verdadera conspiración es la que nos dice que no hay alternativa”. Por ello, la solución ante estos discursos no está en ironizar sobre ellos ni tratar de forma condescendiente a quienes las defienden. Por el contrario, aunque se busque a quién culpar de los males del mundo de forma teórica, actuar de forma colectiva contra estas ideas para cambiar el panorama es quizás la vía para que la práctica del bienestar le gane a la teoría del mal de siempre.